LA NUEVA ANORMALIDAD

Elogio de la duda (creo)

¿La denuncia anónima es un mecanismo democrático o una herramienta discrecional ajena al Estado de derecho?

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿El ataque iraní a Israel –anunciado con anticipación y repelido con enorme eficacia– es represalia a las ofensivas israelís a Gaza? Al parecer no. En una extraordinaria pieza de análisis publicada el 14 de abril en el periódico británico The Guardian (“Why Israel’s attack on Iranian consulate in Syria was a gamechanger”), Peter Beaumont y Emma Graham-Harrison –ambos de larga trayectoria como corresponsales en Medio Oriente– apuntan al bombardeo israelí del consulado de Irán en Damasco, Siria, el pasado 1º de abril –en el que perdieron la vida dos generales iranís– como la razón de la ofensiva del sábado pasado.

¿Nos acerca el episodio a la Tercera Guerra Mundial, o siquiera a un contagio del conflicto palestino a otras naciones? No lo parece. Los periodistas apuntan a la posibilidad de una bravata iraní para calmar los ánimos locales, a un anuncio muy anticipado que permitió a Israel desactivar la mayoría de los misiles, a un episodio que el presidente Netanyahu puede vender a la opinión pública de su país como victoria nacional y –añado yo– uno que permite que él y sus connacionales dejen de jugar el papel de villanos que pareciera asignarles cada vez más la opinión pública internacional. Las hipótesis son todas plausibles; sólo el desarrollo del conflicto permitirá saber si se verifican.

Más cerca de nosotros, hace tiempo que el ex ministro presidente de la Suprema Corte Arturo Zaldívar parece llamado a rendir cuentas, y hoy más que nunca queda clara la necesidad de mecanismos al interior del Poder Judicial para ello. En una democracia, sin embargo, su obligación de responder ante la Ley no puede resultar una denuncia anónima, mecanismo que siempre se presta al uso político del sistema de impartición de justicia y a las vendettas personales. Celebrar la forma en que es hoy llamado a cuentas equivale a avalar el mismo espíritu de discrecionalidad de la Ley de que lo acusamos.

Es cómodo gritar consignas. Clamar “Free Palestine” equivale a sentirse paladín de los derechos humanos. Acusar a quien lo hace de antisemita lo inserta a uno en una narrativa de la que forman parte Einstein y Freud, Anna Frank y Oskar Schindler. De igual modo, festinar el llamado a cuentas de Zaldívar haigasidocomohaigasido permite envolverse en el sarape del antipopulismo, igual que quemar en efigie a la ministra Piña supone hacerse partícipe del milagro de la Transformación. Cabe preguntarse, sin embargo, si tal reduccionismo maniqueo ayudan a algo más que al apuntalamiento de la propia identidad, si no termina por erosionar aun más el Estado de derecho, la democracia, la discusión, la inteligencia.

¿Quién ganará la guerra? ¿Quién restaurará la democracia? ¿Quién castigará a los injustos? ¿Quién dará a cada cual lo que corresponde? Creo que la duda.

Pero no estoy seguro.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG Y THREADS: @NICOLASALVARADOLECTOR

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