Uno de los pilares de la Transición Energética que vive el país es la energía fotovoltaica, por ello resultó oportuno la perspectiva histórica y a futuro que delineó sobre la generación distribuida, Severo López Mestre, en una reunión ordinaria de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.
En primer término, la definió como la generación de energía en el mismo sitio que se consume, partir de la Ley de la Industria Eléctrica amplió la definición como un generador exento que no requiere permiso, y que a su vez es propietario de una o varias centrales eléctricas pequeñas interconectadas a un circuito de distribución con una alta concentración de centros de carga que están en baja o media tensión.
A partir de esta conceptualización, plantea que la generación distribuida no es algo nuevo, sino que nace con la industria eléctrica con pequeñas plantas de generación como las hidroeléctricas, luego a partir de la Segunda Guerra Mundial viene un proceso de escalamiento y ampliación considerable de la industria eléctrica.
La generación distribuida es un movimiento pendular de la industria eléctrica, en la actualidad la generación distribuida vuelve a su origen y democratiza a la energía, al permitirnos generar nuestra propia energía, posicionando a la descentralización energética, aspecto que debe considerarse en las políticas de la regulación, apuntó en su exposición el consultor.
Representa una herramienta muy valiosa para avanzar en los compromisos ambientales de México, también puede generar estabilidad en la red y enfrentar la tendencia de la variabilidad de las redes eléctricas.
Con relación al proceso tecnológico imparable de la generación distribuida, mencionó el caso de los autos eléctricos, que son baterías con ruedas, ya que un auto mediano está equipada con una batería de 45 kilowatt (kW), lo que representan una alternativa tecnológica para que una casa pueda desconectarse de la red ya que necesita solamente 5 kW.
Citó un estudio de Gran Bretaña, donde los vehículos eléctricos y la tecnología están llevando a un escenario donde el almacenamiento es considerado un servicio y apoyo a la red a cambio de una remuneración; una empresa ofreció a propietarios de vehículos eléctricos que solamente lo usaban por la mañana y tarde, gestionar su almacenamiento en el tiempo que tenían sus vehículos parados, para producir energía y venderla a la red, abriendo la posibilidad de que hicieran dinero con su vehículo cuando no lo usan.
La regulación y las políticas energéticas tienen que seguir estas tendencias para aprovechar también las oportunidades económicas y de generación de empleo que representan; sin embargo, la regulación de generación distribuida en México es de las más estrechas en Latinoamérica, al situarse en .5 MW; mientras que Colombia, República Dominicana, Chile y Argentina van de 1 a 2 MW, y países como Brasil, Puerto Rico y Guatemala escalan hasta los 5 MW.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA
DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
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