MIRANDO AL OTRO LADO

¡Exprópiese!

El 7 de febrero de 2010 el presidente Hugo Chávez estaba caminando por el centro histórico de Caracas

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 7 de febrero de 2010 el presidente Hugo Chávez estaba caminando por el centro histórico de Caracas y observó un edificio de cierta elegancia. Preguntó qué era: un inmueble con comercios privados de joyería. Chávez levantó el brazo, señaló el edificio y dijo: “¡Exprópiese!¨

Según el Observatorio de Derechos de Propiedad en Venezuela, Chávez y Maduro han expropiado 1,359 empresas entre 2005 y 2017. El acto de Chávez tiene relevancia para México. AMLO está desesperado por consolidar su legado como un gobernante de relevancia histórica sin igual, considerándose más que Juárez, Madero y Cárdenas juntos.

Como la imaginación no da para más, está convencido que la ruta a seguir es la de expropiaciones para que su fama trascienda su efímera estancia en el poder.

Está gobernando, a cinco meses de la conclusión de su sexenio, como si recién hubiera asumido el cargo. Dispara escopetazos en todas las direcciones suponiendo que alguna epopeya habrá logrado que le dará la fama y reconocimiento que tanto añora.

Claro, para que todo tenga sentido, tiene que ganar las elecciones el próximo 2 de junio. Él será quien gane las elecciones, no ganará Sheinbaum, ni Morena, ni su alianza de partidos.

Dicho al revés: perder las elecciones sería la destrucción de la fantasía epopéyica que da sentido a su proyecto político.

En consecuencia con su creciente incomodidad ante el avance del proceso electoral, y en atención a ciertos signos ominosos de que el 2 de junio no está definido en cuanto a quién gana y quién pierde, AMLO se lanza en actitud frenética para legislar, para despotricar contra opositores o contra amenazas que solamente él ve y para descalificar a gobernantes de otros países.

El híper activismo presidencial es señal inequívoca de que “algo está podrido” en México (diría “en Dinamarca”, pero ese pobre país ha sido objeto de una injustificada burla).

Al administrar la crisis con Ecuador, AMLO la quiere convertir en otra gran epopeya suya y supletoriamente de la diplomacia mexicana.

El resto de mundo no ha comprado la retórica mexicana sobre el incidente por el injerencismo de AMLO en ese país, como tampoco acepta la ilegal violación de la extraterritorialidad de nuestra embajada por parte de las fuerzas de seguridad del Ecuador.

Por esa razón es evidente que, con el pasar de los meses, el tema de Ecuador y México quedará como una anécdota latinoamericana más.

Lo que realmente le preocupa al mundo es la posibilidad de una confrontación militar entre Israel e Irán. Ese sí es un problema de alcance mundial.

Es en el contexto electoral que avanzan los barruntos expropiatorios del gobierno de AMLO. El tema de la reforma al sistema de pensiones está recubierto de este espíritu expropiatorio.

Así ha sido con otros tantos casos durante el sexenio: las empresas españolas de energía, el caso de Talos en el bloque petrolero de Zama, el aeropuerto de Texcoco, la empresa Liquide México y las declaratorias de “utilidad pública” para arrinconar a empresa dedicadas a extracción de minerales, como Vulcan Minerals y las amenazas expropiatorias a los ferrocarrileros privados, y las violaciones al T-MEC, por mencionar solamente algunos.

El caso de las pensiones es lo más preocupante hasta ahora porque significa expropiar ahorros privados. En este caso, no importa si no están inmediatamente reclamados por personas de 70 o más años. No quiere decir que están yermos. La suposición es típica de un gobierno que dicen que está con los “viejos” hasta que los puede timar. La propuesta de expropiar esos fondos es un timo y un robo, abierto y descarado por parte de López Obrador.

Si tuviera empatía, lo primero que haría sería una gran campaña nacional para llamar a “los de 70 o más” a recuperar sus ahorros. Pero no lo hace así porque ya no tiene tiempo: le quedan sólo cinco meses de gobierno. ¿Dónde podría conseguir fondos urgentemente sin una expropiación mayor?

El problema económico de México es muy grave. La inflación no sólo no se ha amainado, sino que muestra claras señales de que está creciendo y esto anula cualquier posibilidad del Banco de México por reducir las tasas de interés.

Por lo tanto, México está condenado a altas tasas de interés, y dinero caro, durante un periodo prolongado, lo cual asegura que no habrá una reactivación económica relevante a corto o mediano plazo. Y eso significa que las finanzas públicas, que están gravemente comprometidas por el irresponsable endeudamiento y gasto público comprometido por este último año de AMLO para ganar la elección a golpe de repartir dinero a pobres, podrán entrar en crisis de quiebre en el corto o mediano plazo.

No existe ningún colchón fiscal para salvar las finanzas públicas. AMLO gastó todo lo ahorrado durante los cuatro sexenios previos. Ellos sí ahorraron, únicamente para que llegara AMLO a gastar todo lo ahorrado en obras faraónicas y empresas que nunca serán rentables y en aumentar los apoyos sociales a niveles insostenibles por las finanzas públicas sin recurrir a un aumento de impuestos.

No ahorró nada de lo que había en el tesoro público. Encima, endeudó al país como pocos. Ahora busca desesperadamente poder dejar fondos al próximo gobierno: algo en la caja registradora. Él se encargó de gastar todo sin reparos y sin una concepción de futuro.

La inmediatez es el signo del gobierno lopezobradorista. Y la promesa electoral es nunca subir impuestos; prefieren endeudar al país. Es la peor solución imaginable. Dice Sheinbaum que quiere nombrar el mismo secretario de Hacienda. Eso sería un desastre porque lo que ha demostrado Ramírez de la O es servilismo en el manejo de las finanzas públicas, subordinación a criterios políticos y económicos irreales y una incapacidad de poner líneas rojas en su conducción como servidor público. Si tuviera una gota de honorabilidad, renunciaría y explicaría la grave situación en la que está dejando las finanzas públicas.

La realidad es que hay inflación creciente y se acabaron los colchones fiscales. La perspectiva financiera es grave. Es por eso que AMLO quiere expropiar los fondos de las Afores. Para crear un colchón artificial, buscando prevenir un colapso acelerado de las finanzas públicas comprometidas por PEMEX que se ha convertido en un hoyo negro sin salvación, Dos Bocas es una broma perversa, mientras los militares siguen haciendo negocios al amparo de la Ley de Seguridad Nacional, que en la interpretación obradorista significa la falta de transparencia.

La desesperación por salvarse lleva a AMLO al plan de la expropiación de ahorros privados. No le importa que sean personas indefensas de más de 70 años. El gobierno, sin colchón fiscal que lo respalde, quiere hacerse de fondos privados por la vía de la expropiación.

Y lo hará si la sociedad no reclama, porque lo suyo es salirse con la suya, sin asumir responsabilidad alguna y escondiendo la mano que avienta la piedra.

La expropiación de los ahorros privados no va a salvar a AMLO de su fracaso como gobernante, y puede sobrevenir un crack económico en cualquier momento, igual como sucede en Venezuela, con sus expropiaciones. La economía está sostenida con alfileres.

La opción de perder las elecciones está más presente que nunca. El nombre de AMLO será una mancha negra más en la larga historia de la nación mexicana.

POR RICARDO PASCOE

COLABORADOR

ricardopascoe@hotmail.com

@rpascoep

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