El pasado 3 de abril se celebró el centenario del baterista más longevo en la historia del jazz en México.
Hace tres años desperté con la triste noticia del fallecimiento de un amigo entrañable por la cantidad de experiencias que compartimos en la última década de su vida. Primero fue la realización de una tesis en la que desentrañé buena parte de su quehacer, la cual puede ser consultada en el repositorio del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Después vino el ingreso, en mi paso como coordinador del catálogo de jazz, de su valioso acervo sonoro a la Fonoteca Nacional.
A partir de ahí realicé sendos homenajes en la misma institución que tuvieron un impacto favorable en la vida del chihuahuense, ya que se realizaron reediciones de grabaciones poco conocidas en su discografía como “Sinfonía Tarahumara-Yúmare¨, “Quinto Sol” y algunas otras que fueron restauradas para otra producción discográfica.
Además, se llevaron a cabo varios conciertos, gracias a este impulso, que lo catapultaron hacia otros horizontes, tanto en la capital como en diversos estados del país.
La última vez que hice una presentación con el maestro, todavía en el fatídico periodo de la pandemia, fue en el Museo Archivo de la Fotografía para conocer los pormenores de su último disco: “La noche los Dioses”, editado por el sello inglés Brownswood Recordings.
En aquella ocasión me acompañó su grupo de base y el investigador Carlos Icaza, quien tuvo a bien establecer el enlace con el director de la compañía Gilles Peterson. De este vínculo estaba programada su participación en el festival La Linea, a realizarse en Londres, pero la cuarentena lo impidió.
Resulta imposible abordar 70 años de trayectoria artística en una columna. Solo me queda levantar una copa desde este lado del escritorio en memoria de un artista que desbordaba pasión por el jazz.
Para los jazzofilos en general, pero en especial para las nuevas generaciones que no conocen su legado, comparto las redes sociales del baterista: @_tinocontreras / @TinoContrerasJazzOficial
¡Hasta la próxima jazzofilos!
POR PABLO IVÁN ARGÜELLO
COLABORADOR
@antropologojazz
MAAZ