COLUMNA INVITADA

La confianza del consumidor en México: Un elemento de solidez en el modelo de gobierno de la 4T

Cuando un partido en el poder deja buenos resultados en el ámbito económico, tiene altas posibilidades de mantenerse al frente de dicha administración

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

La percepción es entendida como un permanente acto de construcción de conceptos que llevan a cabo todas las personas de manera cotidiana, en donde por medio de la utilización de los sentidos periféricos, los seres humanos, significan y resignifican su entorno y las cosas que hay en él. En otras palabras, es la manera en cómo las personas desde su formación cultural, educativa y formativa, tratan de explicarse, a sí mismos, el mundo que los rodea, y las cosas que hay en él. Por supuesto, este conjunto de apreciaciones, cambian de persona a persona.

En medio de este contexto, la confianza del consumidor, que mide la percepción de las y los consumidores sobre su situación económica actual y la del país, así como sus expectativas para el futuro, ha ido al alza en la recta final de este sexenio y también muestra avances al momento de ser comparado con el año electoral de las últimas tres administraciones (2006, 2012 y 2018), lo que indica que entre los compradores mexicanos existe optimismo por su economía y no están nerviosos por lo que pueda ocurrir este 2024, después de la elección presidencial. Lo que significa que, por primera vez, en muchos años, la mayor parte de la población no considera que el cambio en la presidencia de este país genere algún tipo de inestabilidad en su economía familiar.

En este mismo sentido, existen múltiples referencias bibliográficas en el terreno de la Ciencia Política, tales como, “The Economic Vote: How political and Economics Instituions Condition Election Results”, de Raymond M. Duch, el cual ha sido director del Centro Nuffield de Ciencias Sociales y un prominente investigador en esta disciplina en todo el mundo; “Voto Económico en América Latina: Una revisión de la literatura”, del académico estadounidense Sebastián Saiegh, entre muchas más, que se deben de consultar en momentos como los que se avecinan en el terreno electoral.

La lectura de estos especialistas, en muchos casos, afirma que la dirección hacia donde generalmente se orienta el voto económico es un componente predictivo sobre el resultado de una elección y sus posibles ganadores. La importancia que puede tener la situación de estabilidad económica en el país, en el electorado puede influir mucho al momento de tomar una decisión sobre quién debe liderar a una nación, sobre todo, si ese tipo de votante se encuentra indeciso o tiene cierto resentimiento en torno a los resultados ofrecidos por la administración en turno en esos instantes.

En regímenes democráticos consolidados y estables, por ejemplo, generalmente cuando un partido en el poder deja buenos resultados en el ámbito económico tiene altas posibilidades de mantenerse al frente de dicha administración, siendo uno de los indicadores que más se usan para esta medición el de la confianza del consumidor.

Esta unidad de medida ha sido utilizada por múltiples universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Iberoamericana (Ibero), Universidad Anáhuac, además del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desde 1990.
 
Hay diversos ejemplos que ayudan a contextualizar estos supuestos. En Estados Unidos, durante el proceso electoral de 2012, se observó que la mejora en la confianza del consumidor contribuyó al éxito de la reelección de Barack Obama en su segundo mandato, al darle a los votantes esperanzas positivas respecto al futuro inmediato en esos momentos. Del mismo modo, en las elecciones de aquella nación, en 2020, durante la pandemia de COVID-19 hubo una caída significativa en el índice del consumidor debido a la incertidumbre económica y la pérdida de empleos que esta contingencia sanitaria ocasionó. Esto contribuyó a una percepción negativa sobre la gestión económica del presidente en funciones, Donald Trump, todo ello se reflejó en los resultados electorales, en donde perdió ante Joe Biden, quien prometió abordar las preocupaciones económicas y sanitarias.

Otro caso sucedió en las elecciones parlamentarias de Reino Unido en 2010. En aquel momento, el país estaba experimentando una crisis económica y los índices del consumidor estaban en niveles muy bajos. Esto se asoció con la derrota del partido laborista en el poder, ya que los votantes expresaron su insatisfacción con la gestión económica, y buscaron un cambio en el gobierno, lo que llevó a la formación de un nuevo gobierno liderado por el Partido Conservador.

En fechas recientes, el triunfo de Javier Milei, en Argentina, es otra situación que confirma con muchos elementos la intensa relación existente entre la situación económica y la percepción que se tenía sobre el manejo de los recursos públicos en aquella nación en esos momentos, ya que la población en general estaba desesperada al enfrentar un ambiente de hiperinflación a diario, en donde el poder de compra de los argentinos era casi nulo con relación a otras divisas internacionales. Todo lo anterior derivaría en la llegada al poder de un personaje cuyas medidas de control macroeconómicas son ortodoxas y poco flexibles, los resultados de sus medidas correctivas aún no logran apreciarse, pero, por lo mientras, el precio de la canasta básica en aquel país creció 258.2%, en su tasa interanual.  

Hasta ahora, como se ha podido apreciar, el poder de compra de los ciudadanos sí es un factor fundamental a considerar cuando se analiza el ánimo electoral de una elección venidera. En este sentido, en el caso mexicano, el índice de la confianza en el consumidor avizora que el poder adquisitivo de los ciudadanos de este país no solamente ha mejorado, con relación a otras administraciones, sino que, además, genera otra serie de satisfactores, como la confianza y la esperanza en el futuro inmediato de que la economía nacional podrá progresar y alcanzar mejores niveles de rendimiento que los obtenidos hasta ahora.
Por todo lo anterior, el factor económico en la competencia electoral le dará un empuje muy fuerte a la candidata presidencial oficialista, el cual, con base en la evidencia internacional y los resultados mostrados en el índice de confianza del consumidor, pudiera determinar el curso de la elección a su favor, en un escenario de inestabilidad internacional como el que acontece en estos momentos. 

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

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