AGENDA LEVANTINA

Ecuador y Colombia: posturas ante Gaza

Los posicionamientos de esos países reflejan cuán debilitadas siguen las organizaciones regionales y lo mucho que avanza la militarización en el continente

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En estos días que Colombia y Ecuador han encabezado los titulares de la prensa hispanoamericana –Bogotá con frentes diplomáticos abiertos, y la Policía de Ecuador irrumpiendo en la Embajada de México– vale la pena revisar el contraste de sus posiciones frente a la guerra israelí en Gaza a seis meses del ataque de Hamas. 

Colombia es de los contadísimos países latinoamericanos que han subrayado la importancia de recordar la historia de la ocupación israelí y de defender los derechos palestinos. En noviembre, el presidente Gustavo Petro llamó a consultas a su embajadora en Israel y amenazó con suspender las relaciones diplomáticas. 

Hasta ahora se ha limitado a anunciar la apertura de una embajada ante Palestina, pedir que la ONU admita a ese país como miembro pleno y apoyar la denuncia de Sudáfrica contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia. 

En marzo, Bogotá suspendió la compra de armamento israelí. Por su parte, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, expresó su apoyo a Jerusalén y lo que considera su derecho a la autodefensa, y aseguró que Quito no iba a condenar las acciones israelíes.

Ecuador estrecha sus vínculos con Israel en busca de armas, seguridad y tecnología de inteligencia. Desde tiempos del presidente Guillermo Lasso, Quito negocia con Jerusalén un acuerdo bilateral sobre migración circular que permitiría a 25 mil ecuatorianos trabajar temporalmente en el sector agrícola en Israel. 

Colombia es un gran comprador de armas israelíes, utiliza aviones de guerra y ametralladoras de esa fabricación para luchar contra los cárteles de la droga y los grupos insurgentes; además, ambos países firmaron un acuerdo de libre comercio en 2020. ¿Entonces cómo explicar las duras críticas de Bogotá? 

El sistema de creencias o cosmovisión, la trayectoria y las percepciones personales de los líderes y su grupo cercano de ministros y asesores parecen cruciales. Petro es un exguerrillero que conoce bien el gran apoyo de Israel a las Autodefensas Unidas de Colombia, que utilizó el Ejército para hacer su trabajo sucio contra las organizaciones campesinas y obreras de izquierda.

Por su parte, el Presidente ecuatoriano es hijo de Álvaro Noboa, el magnate del sector bananero, que en cinco ocasiones fue candidato presidencial sin lograrlo en ninguna de ellas. El joven mandatario cataloga a las bandas criminales de Ecuador como "terroristas", diseña cárceles de máxima seguridad con un modelo similar a las hechas por el presidente salvadoreño Nayib Bukele, con el argumento de que no negociará con "terroristas". 

El Ministro de Defensa de Ecuador, Gian Carlo Loffredo, es un empresario en el área de seguridad con experiencia en Israel. 

Los contrastantes posicionamientos de Colombia y Ecuador reflejan, asimismo, cuán debilitadas siguen las organizaciones regionales latinoamericanas, y lo mucho que avanza la militarización en nuestro continente. 

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DE EL COLMEX

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