En el primer debate presidencial rumbo a los comicios del 2 de junio, el deporte fue uno de los grandes ausentes dentro de la discusión que sostuvieron las candidatas y el candidato, el domingo pasado dentro de las instalaciones del INE.
A lo largo de las casi dos horas que duró, ni el deporte ni la promoción de la actividad física figuraron dentro de las propuestas, pero tampoco dentro de los cuestionamientos que realizó la ciudadanía a través de los moderadores.
Sin embargo, no olvidemos que el deporte no solo promueve la salud y el bienestar físico, sino que también contribuye significativamente a la inclusión social, prevención de la violencia, integración comunitaria así como al desarrollo económico.
En un país como el nuestro, donde el deporte juega un papel tan importante en la vida cotidiana de millones de personas, su ausencia en el debate resalta la necesidad de darle una mayor relevancia en la agenda política nacional.
No obstante, en el caso específico de Claudia Sheinbaum, candidata a la Presidencia de la República por la alianza Sigamos Haciendo Historia, tiene muy clara la estrategia para promover el deporte y posicionar a México como el país más deportista del mundo.
La Dra. Sheinbaum ha declarado en diferentes espacios sobre la importancia de fomentar la activación deportiva a nivel comunitario, desde los hogares hasta las calles, como medida para prevenir enfermedades crónicas degenerativas. “Vamos a ser el país más deportivo de todo el planeta, para ser un país sano, y lo vamos a hacer casa por casa, desde la primera edad hasta los adultos mayores” manifestó la candidata a inicios de marzo.
Este planteamiento no sólo evidencia un compromiso con la salud y el bienestar de la sociedad mexicana, sino también una visión de transformación integral que involucra todos los ámbitos de la vida cotidiana de la población, donde el deporte jugará un papel fundamental.
Sin embargo, surge la interrogante sobre cómo se puede materializar esta visión de manera efectiva, especialmente en un contexto donde la máxima autoridad rectora de la política deportiva del país, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), ha sido sistemáticamente señalada y criticada por la falta de resultados debido a su deficiente gestión.
Para ello, es necesario reconocer que dirigir la Conade representa uno de los mayores retos que habrá en el próximo sexenio. La Conade es un organismo público descentralizado de gran complejidad, que requiere de un liderazgo con suficiente pericia política y una comprobada habilidad para administrar lo público.
La Conade, como máxima instancia coordinadora del deporte nacional, debe mediar con múltiples actores y equilibrar los intereses de todos aquellos que forman parte del sistema deportivo nacional. Aunque a la letra se lea como algo fácil, esa ausencia de mediación y liderazgo en el ámbito deportivo ha sido uno de los mayores pendientes de administraciones pasadas.
No cabe duda que uno de principales desafíos que tendrá la candidata que resulte ganadora en los próximos comicios, será sacar del letargo al sistema nacional deportivo a través de una Conade que encabece efectivamente los procesos de planeación, programación y coordinación de la política deportiva nacional.
A pesar de la dificultad que implica todo lo anterior, me parece oportuno analizar lo realizado en el ámbito de la promoción del deporte por parte de Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno de la CDMX, para la promoción del bienestar social y entornos más saludable para las y los capitalinos.
Durante su gestión, el Instituto del Deporte de la CDMX (Indeporte), se destacó por su enfoque innovador y su compromiso con la promoción del deporte en todos los sectores de la sociedad. Su auge se caracterizó por una serie de iniciativas exitosas que no solo fortalecieron el tejido social y promovieron estilos de vida más saludables para los residentes de la ciudad, sino que también proyectaron a la Ciudad de México como un importante centro deportivo a nivel nacional e internacional.
El enfoque equilibrado de la política deportiva en la CDMX abarcó tres segmentos fundamentales: el deporte social, el deporte de alto rendimiento y las alianzas estratégicas con el sector empresarial para la organización de eventos masivos. Programas como "Ponte Pila" y “Ciclotón” promovieron la actividad física en plazas y avenidas públicas, mientras que el otorgamiento masivo de becas para promotores deportivos y la dotación de equipamiento deportivo en escuelas públicas, demostraron el interés de la ahora candidata, de promover el deporte social, garantizando el derecho al deporte para todas y todos los capitalinos.
A su vez, la consolidación de eventos de talla internacional como son la Fórmula 1, la NFL, la NBA, el Maratón de la Ciudad de México, el Tour de la Copa Mundial FIFA, el FIFA Fan Festival, el Home Run Derby y la Copa Mundial de Béisbol, entre otros, proyectaron a la ciudad como un destino atractivo para el deporte y el turismo.
El éxito de la política deportiva en la Ciudad de México durante la administración de Claudia Sheinbaum genera entusiasmo y expectativas sobre la posibilidad de llevar este modelo a nivel nacional en caso de que resulte electa como presidenta de México y consolide el famoso segundo piso de la 4T.
A pesar del reto que le espera con el manejo y gestión de Conade, la experiencia y los logros obtenidos en la capital respaldan la capacidad de Sheinbaum y su equipo para implementar políticas deportivas, abordando problemas de salud pública, promoviendo la inclusión social, fortaleciendo la imagen internacional del país y generando grandes derramas económicas.
Veremos si en el segundo debate nacional se logra despertar el mencionado letargo en el que se encuentra el sistema deportivo nacional.
FRANCISCO VALLEJO GIL
LICENCIADO EN DERECHO Y EXPERTO EN COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
@FVALLEJOGIL
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