COLUMNA INVITADA

La Ley del Talión

La Ley del Talión que exige un castigo igual al crimen cometido, se utilizaba como instrumento para ejercer una justicia personal con la que se sustituía la venganza arbitraria

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Ley del Talión que exige un castigo igual al crimen cometido, se utilizaba como instrumento para ejercer una justicia personal con la que se sustituía la venganza arbitraria. Antes de ella solamente la Ley de la Selva o la Ley del más fuerte le anteceden como una forma de autotutela para solucionar conflictos.

Es muy grave que en una sociedad moderna impere la ley del más fuerte o el ojo por ojo, diente por diente. Sin embargo, todavía más grave es que la transgresión de la ley quede impune. No se puede hablar de una sociedad justa si en ella el delincuente se sale con la suya, es decir, comete un acto punible y no le pasa nada.

De igual manera, tampoco se podría hablar de una sociedad justa, si el castigo al delincuente fuera excesivo o fuera insuficiente en relación con el delito cometido. 

Lo acontecido en Taxco, Guerrero, en días pasados, refleja el hartazgo de una sociedad que ve la incapacidad de las autoridades para aplicar la ley. Los vecinos lincharon y dieron muerte a la mujer involucrada en el asesinato de una niña de tan solo ocho años de nombre Camila.

Decenas de pobladores enardecidos lincharon a dos hombres y una mujer, quienes presuntamente habrían secuestrado y privado de la vida a la menor de ocho años. La presencia de autoridades municipales fue insuficiente para evitar que fueran golpeados, aplicando en los hechos la Ley del Talión.

La mujer linchada identificada como Ana Rosa, perdió la vida en los separos de la agencia del Ministerio Público de Taxco. Como en tiempos ancestrales, la población enfurecida en pleno acto de venganza no dejó duda de que no confía en las autoridades y se hizo justicia por propia mano, cobrando vida por vida, ojo por ojo, diente por diente. 

Este tipo de actos no deben repetirse en una sociedad sana, lo que sucedió en Taxco no es aplicar la ley, es venganza. Además, la muerte de la secuestradora no le devolverá a la madre a su hija de ocho años.

Ninguna venganza contra el delincuente, ninguna tortura podrán rehacer el hecho irreversible. Tanto sociedad como gobierno debemos estar preocupados ante estos actos de barbarie de turbas enardecidas que reaccionan violentamente contra actos que consideran injustos.

El uso de la venganza como en este tipo de casos, nace de la percepción de que la autoridad no hace bien su trabajo, no aplica la ley o que existen sistemas tardíos del castigo penal. Es tan grave, ya que la población reunida en ese momento consideró la violencia como la última posibilidad de hacer justicia a la menor secuestrada.

Hemos reflexionado en otras ocasiones que la política fallida de “abrazos no balazos” deja en estado de indefensión a la población, de igual manera, no funciona el acusar a los delincuentes con sus progenitoras. Lo que debe prevalecer en todo estado de derecho, es la aplicación irrestricta de la ley.

No es un hecho aislado lo sucedido en Taxco, ya se han presentado en los últimos años acontecimientos parecidos, donde la población decide tomar la ley en sus manos. Es ya hora de que las candidatas a suceder al actual presidente de la República planteen una estrategia en donde la aplicación de la ley y el combate a la delincuencia sea una de sus prioridades.

Sí a los abrazos, no a los balazos, pero con una tolerancia cero a quienes con sus actos afecten a la sociedad y a quienes cometan delitos que mantienen con miedo a tantos mexicanos que quieren vivir en paz. 

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

eduardomacg@icloud.com 
@eduardo84888581

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