COLUMNA INVITADA

El Agua [II]

Los datos son contundentes, de acuerdo a Conagua el 76.2 % del territorio nacional

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Los datos son contundentes, de acuerdo a Conagua el 76.2 % del territorio nacional sufre algún tipo de sequía. Ríos, presas, lagunas han visto disminuido su caudal de agua, más aún, de acuerdo a El Heraldo de México en nota publicada el 5 de febrero de este año, “En el país, en promedio dos de cada 10 mantos acuíferos están sobreexplotados o quedaron inservibles debido al alto consumo de agua y la sequía”.

El pasado 25 de marzo, el diario La jornada publicó una imagen de la cascada de Tamul con una caída de 105 metros de alto en la huasteca potosina, hoy carente de agua; en el libro La Huasteca Época antigua escrito por Joaquín Meade señala, “Xilitla (SLP) lugar donde más llueve en la república mexicana”, lo anterior quedó en la nostalgia, las lluvias se han ausentado de esa región. 

El ex titular de Conagua, Fernando González Villarreal, señala en el libro El agua y sus senderos, “A pesar de su relativa abundancia, el agua aprovechable para las actividades humanas es muy limitada…menos del 1% del agua que existe en nuestro planeta -distribuida en ríos, lagos y depósitos subterráneos que pueden ser explotados- está disponible para satisfacer las múltiples necesidades del hombre”

No es para menos, como lo señala Fernando González Villarreal, “En la actualidad, la explosión demográfica, el crecimiento económico y la revolución tecnológica generan fuertes demandas de agua y sitúan a los pueblos del orbe frente a lo que ya se vislumbra como una severa crisis”

Debemos tomar en cuenta, “El agua es la sangre de la Tierra”, como lo escribe Mónica Chávez en El agua en el México antiguo, quien agrega, “El hombre es agua en movimiento, ya que aproximadamente el sesenta y cinco por ciento de nuestro cuerpo está constituido por este líquido”.

En Desastres Agrícolas en México, editado por el FCE, acucioso estudio coordinado por Virginia García, Antonio Escobar, Juan Manuel Pérez y América Molinar, reseña diversas calamidades registradas en nuestro país, sequías, lluvias, huracanes, plagas, etcétera, desde la época prehispánica hasta el siglo XIX.

Entre otros casos cita, que en los años 1826 -1828, Zacatecas, “Nuestra agricultura ha tenido una época de desgraciada en los años anteriores por la pérdida de las cosechas y mortandad del ganado a consecuencia de la falta de lluvia”

Entre otros registros, en Tamaulipas en 1889, “Es tan fuerte la sequía en toda la región limítrofe al río Bravo, que ya los ganados se están acabado…la mayor parte de las cosechas amenazan perderse por la gran sequía que hay en el estado”; en Autlán, Jalisco, 1898, “No se han hecho siembras. Aumento de precios en el maíz y el frijol”.

El agua, nos dice Mónica Chávez, “Es nube, a veces gota de lluvia, copo de nieve. Es rocío, escarcha, neblina, es arco iris”.

El escritor Vicente Leñero, sube a la azotea para verificar los depósitos de agua, “Metí la cabeza dentro de los vientres huecos, además de vacíos, los tinacos estaban sucios. Capas de lodo reseco encenagaban sus fondos: mugre, tierra…”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ