COLUMNA INVITADA

De lo femenino

En la comunicación de lo que consideramos femenino y sus relativos, las diferentes expresiones como textos

OPINIÓN

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Mónica Castelazo / Columna invitada /Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En la comunicación de lo que consideramos femenino y sus relativos, las diferentes expresiones como textos; historias; películas; hasta las bromas; mensajes publicitarios; portadas de discos; libros; obras de arte incluso, han jugado un papel fundamental en consolidar la actual narrativa de roles y lo que es y no es femenino. 

No todo mundo entiende, para empezar por los básicos, qué es y no es el feminismo. Escuchaba el otro día a una líder de opinión/actriz, decir orgullosamente que hoy vive muy en paz porque tiene un hombre que “resuelve”, y que le dice que a ella “no le toca” pensar en cuestiones financieras o de manutención en su familia, pues para eso está él, afirmando que “su único rol” es alimentar a su esposo y sus hijos, agregando que el feminismo es “querer ser como los hombres”.

Me di cuenta al escucharla del gran problema de comunicación que tenemos en México, aunado a una falta de conocimiento o desinformación, que se suma a las narrativas promovidas diariamente a través de los medios de comunicación y los arquetipos en las historias que vemos, de la mujer pobre que se enamora del rico para ser feliz por siempre, de la señora amargada por no haberse casado ni tenido hijos, de la madre abnegada que da la vida por sus hijos y nunca piensa en ella, y un sinfín más de personajes. No pude sino sentirme frustrada y triste.

Soy de una generación a la que educaron a ser una mujer de casa, disfruto cocinar plenamente por gusto y no por “deber”; incluso sé bordar punto de cruz y tejer crochet, pero en ningún momento me he sentido más o menos mujer por eso.

No podría estar escribiendo estas líneas para ustedes, sino hubiera tenido la valentía de reinventarme y dejado de pensar que a mi “no me tocaba trabajar o generar dinero”, en mi caso hoy no hay presente un hombre que “resuelva”, soy “el hombre de la casa” como me han dicho amig@s al verme utilizar un taladro o cambiar un fusible.

Creo que la supervivencia diaria o la independencia adulta, en nuestro país se confunde con actividades de género, y eso va haciendo que nos enredemos. Seguimos pensando en rosa y azul, -y solo durante marzo, en morado-.

Hay quienes nos llaman “feminazis” todavía a quienes peleamos por la equidad o hablamos de sororidad, me parece que no hemos entendido que la sororidad se trata de respetar compartiendo la experiencia propia como eso, sabiendo que lo que a mí me funciona es mío, pero sin generalizar o imponer conceptos; se trata de la libertad de elección y del apoyo en red, sin importar si me gusta o no tu estilo de vida, se trata de dejar de decirnos “naca”, “zorra”, “puta”, “loca”, “tonta”, “ya siéntese señora”, “no seas nena” y otros adjetivos usados en el discurso femenino.

Ayudarnos a cambiar esas ideas, respetando a quienes quieran ser esposas, madres, solteras, casadas, ejecutivas, asalariadas, buchonas, sugar-mamis, hijas de familia, o lo que cada una quiera; sin normalizarlo como un deber ser o única aspiración, eso va construyendo en el inconsciente colectivo lo que es y no es el femenino, y de ahí salen muchas piedras lanzadas, que no se convierten en flores moradas.

POR MÓNICA CASTELAZO

Gerente Sr. Comunicación y Asuntos Corporativos en Teva México. 

X: @MonicaCastelazo

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