PASIÓN POR CORRER

La fuerza que mueve al mundo

La participación de mujeres fue oficializada en el Maratón de Boston de 1972, y años después se creó la modalidad olímpica femenil en Los Ángeles 1984

OPINIÓN

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Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La expresión sexo débil para referirse a la mujer, la colocó durante siglos en posiciones de desventaja física frente a los hombres. Durante muchos años se consideró que la práctica deportiva era perjudicial para la salud de las mujeres, y se les prohibió participar en muchas actividades. El atletismo no fue la excepción. Así que correr libremente y con reconocimiento en competencias atléticas oficiales, también es otra de las luchas históricas del feminismo.

Apenas han pasado 57 años desde que Kathrine Switzer, en 1967, se rebeló ante la misoginia y el machismo que impedía a las mujeres participar en el Maratón de Boston. La deportista, quien en ese momento tenía 22 años y era estudiante de Periodismo de la Universidad de Syracuse, se lanzó a correr por las calles de la ciudad norteamericana, cuando, a la altura del kilómetro seis, Jock Semple, codirector del maratón, notó que corría una mujer entre los participantes, por lo que detuvo la camioneta de prensa, y se bajó para tratar de sacarla de la carrera por la fuerza.

Switzer no sólo terminó oficialmente la carrera, ese hecho tuvo repercusiones muy importantes. Después de mucho analizarlo, la participación de las mujeres fue oficializada en el Maratón de Boston de 1972, y unos años después se instituyó el maratón olímpico femenil en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Desde entonces, Kathrine ha dedicado su vida a acabar para siempre con el modelo patriarcal dentro del deporte. 

Aquellas mujeres rebeldes y decididas no sólo siguieron corriendo, sino que demostraron con el tiempo que aquel techo de cristal impuesto por las propias federaciones de Atletismo del mundo y por los organizadores del Maratón de Boston, no era sino otra más de las mentiras con las que se encasillaba y estigmatizaba a las mujeres con estereotipos de género sobre su supuesta debilidad y vulnerabilidad.

Ahora las mujeres rompen barreras y récords históricos, incluso en categorías mixtas. La inmensa brecha que alguna vez hubo entre el desempeño femenino y masculino en el atletismo está disminuyendo a pasos agigantados, y somos testigos de ello. Nombres como el de Sifan Hassan, Hellen Obiri, Peres Jepchirchir, Amane Beriso, Brigid Kosgei, o Yalemzerf Yehualaw, entre muchas más, seguramente pasarán a la historia como las grandes atletas con voluntad de acero. Ese es el tamaño del camino que Switzer abrió para las mujeres en el maratón.

A la marea morada que invadirá hoy al planeta, con millones de mujeres marchando y gritando por las calles, plazas y avenidas de muchos países, para exigir sus derechos a una vida sin violencia, nos unimos las mujeres corredoras, para resaltar el poder femenino y la capacidad que tenemos para superar una meta, porque al final, como en muchos aspectos de la vida, nosotras aportamos la emotividad, la disciplina, el coraje y la fuerza de voluntad que se necesitan para mover al mundo.

POR ROSSANA AYALA

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