De entre las nueve gubernaturas que estarán en juego este 2024, la batalla electoral que más llama la atención es la que se dará por la jefatura de gobierno de CDMX. Una contienda pareja, según encuestas internas tanto en la 4T como en la alianza PAN-PRI-PRD.
En las mediciones que están en los equipos de Clara Brugada y Santiago Taboada, la distancia entre ambos hace rato dejó el doble dígito. La contienda se ha cerrado y, unos y otros, comentan en corto que cualquier cosa puede pasar. No hay nada para nadie.
La distancia que alcanzó –o superó incluso- el 20% hace un par de meses disminuyó en la precampaña y se redujo aún más en la intercampaña. Ahora, en una semana de campaña, también la expectativa de triunfo se ha dividido. La moneda parece estar en el aire. Y aún faltan 83 días de campaña y tres debates.
“Caballo que alcanza gana”, repite el exalcalde en Benito Juárez, cada vez que puede. En una semana, el candidato del Frente ha estado un par de días en eventos y recorridos con Xóchitl Gálvez, mientras que Brugada no ha sido acompañada aun por Claudia Sheinbaum, salvo al arranque de la campaña, en el Zócalo capitalino.
Entre las bases de la 4T hay encono: candidatos no conformes con los distritos otorgados, espacios aun sin asignar, pugnas entre grupos internos y agravios acumulados, algunos de ellos a consecuencia del ríspido proceso interno para elegir la candidatura a la jefatura de gobierno. En la otra esquina, la de ‘Va por la CDMX’, no hay pleito porque todos parecen plegarse ante la figura de Taboada, que aglutina a los propios.
Parte de los argumentos que suman a la confianza en el equipo del panista, tienen que ver con la elección de 2021, cuando la alianza PAN-PRI-PRD sacó más votos que Morena-Verde-PT en la CDMX (elección para el Congreso): 1 millón 820 mil de la oposición, frente a 1 millón 730 mil de la 4T.
En aquella contienda, no solo obtuvieron más votos a nivel Ciudad, sino que el partido en el gobierno perdió la mayoría de las alcaldías (9), con una participación que apenas alcanzó el 52%, muy por debajo de la que podría darse este 2024, considerando que en 2018 salió a votar 70% del padrón electoral, y en 2012 y 2006, 67%.
En la CDMX la 4T se juega 27 años de gobiernos de izquierda. Su batalla no solo es contra Taboada, sino contra el cansancio –y en algunos desencanto- propio del paso de los años. ¿Qué hará Brugada para entusiasmar a los suyos? ¿Qué hará para cerrar las heridas internas? ¿Cómo irá a convencer a los que no simpatizan con la 4T? ¿Ya le hablará a las clases medias o seguirá centrándose en la franja del electorado que, considera, puede darle el triunfo? Del otro lado, ayer Taboada estuvo en Iztapalapa, bastión de la candidata de la 4T, de la mano de Xóchitl.
Ha pasado una semana y hay diferencias notables entre una y otra campaña, en intensidad, estrategia y tracción. También en despliegue de estructuras y organización. Si Brugada no reacciona, Taboada seguirá cerrando la elección, y en la CDMX podría ganar cualquiera.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN
PAL