COLUMNA INVITADA

Propuestas de seguridad de candidatas presidenciales, nada nuevo

Recalcar que se va a mejorar la coordinación de la GN con las policías estatales, así como ampliar las capacidades para vigilar las carreteras con un grupo especial de la misma GN

OPINIÓN

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Facundo Rosas / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Decir que en la próxima administración se van a atender las causas de la violencia y la delincuencia para resolver el problema de la inseguridad cuando van más de 5 años con la misma narrativa y los resultados arrojados por la estrategia son peores que en 2018, es tratar de engañar con la verdad y no lo digo yo, lo dicen las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública que indican que en 2023 se cometieron 2 millones 173 mil 220 delitos, 9% más que en 2018 cuando se registraron 1 millón 989 mil 926 ilícitos. 

Repetir que se va a consolidar la Guardia Nacional cuando lleva 3 años consolidándose y no ha sido capaz de detener ni siquiera a 3 mil probables responsables de un delito al año (2022), cuando la Policía Federal con una tercera parte de los 128 mil 233 elementos detuvo a 7 veces más presuntos delincuentes (21 mil 702 en 2018), es empezar más atrás de lo que ya existía en 2018 y echar a la basura miles de millones de pesos de presupuesto y cientos de miles de horas de esfuerzo del pueblo uniformado.  

Recalcar que se va a mejorar la coordinación de la GN con las policías estatales, así como ampliar las capacidades para vigilar las carreteras con un grupo especial de la misma GN, seleccionado ex profeso por el Secretario de la Defensa Nacional, y articular esfuerzos con las fiscalías para disminuir drásticamente la impunidad, evidencia que están apostando nuevamente por lo que ya se hizo en administraciones neoliberales aunque critiquen sus resultados.

Apostar a estas alturas que la extorsión sea considerado delito grave luego de que entre 2019 y 2022 se registró una cifra negra del 99.98% y que la GN no haya detenido a un solo extorsionador durante 2022 (Censo Nacional de Seguridad Pública 2023 del INEGI) no aporta nada nuevo al combate a la inseguridad, más que para el discurso de campaña.

Decir que en la Ciudad de México disminuyeron 58% los delitos de alto impacto, entre ellos el homicidio doloso y el secuestro, cuando la candidata por Morena gobernó la capital del país, es ignorar los otros delitos que sumados todos indican que solo disminuyeron 2.7%, al pasar de 241 mil 029 en 2018 a 234 mil 475 en 2023, aunque en los últimos 3 años las cifras de delitos totales se incrementó progresivamente: 223 mil 742 delitos en 2021, 232 mil 644 en 2022 y los 234 mil 475 de 2023.

Como muestra de que las cosas no son como se nos quieren hacer creer e incorporar los supuestos logros de la Ciudad de México a la campaña presidencial, solo en 2023 el número de víctimas de homicidio doloso según el SNSP fue de 747, mientras que las defunciones por evento de intención no determinada según el INEGI ascendieron a 1, 549, evidenciando que para que no afectar la tendencia a la baja que tanto se presume, muchos de los homicidios intencionales cometidos incluso con arma de fuego fueron clasificados con ese eufemismo.

Por parte de la oposición, insistir en que va a sacar al ejército Mexicano de las labores de seguridad pública y de los ámbitos empresariales para los cuales no está preparado y que lo están entreteniendo, tampoco es una novedad ya que diversas organizaciones sociales lo vienen repitiendo desde el inicio del actual sexenio. Decir que de la noche a la mañana la GN se va a encargar de investigar y perseguir los delitos y dejar de dar “abrazos” a los delincuentes, es un sueño guajiro ya que como coloquialmente se dice “hay maderas que no agarran el barniz a la primera”, ya que desde que desmantelaron las Divisiones de Investigación, Inteligencia y Científica de la PF la GN no investiga, solo patrulla y desfila.

Tratar de resumir parte de su estrategia en la construcción de una cárcel muy alta seguridad es no entender que hay suficientes espacios en los Centros Federales de Readaptación Social y que solo hay que eficientar su uso, abatir la corrupción que impera en el interior y exterior de los mismos y respetar los Derechos Humanos de las personas privadas de la libertad. Aunque no estaría por demás un ajuste en sus protocolos de seguridad y una sacudida de servidores públicos anquilosados y dichos penales podrán seguir funcionando por muchos años más.  

POR FACUNDO ROSAS R.

EX COMISIONADO GENERAL DE LA POLICÍA FEDERAL

@FACROSAS

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