A medida que despega la campaña electoral, aún es escasa la profundidad de las propuestas educativas en las plataformas electorales. Algunos de los puntos más claramente delineados se aprecian en las ideas de continuar la ampliación de programas de becas y en distintas opiniones respecto a qué debe pasar con el modelo educativo que rige la actividad en las escuelas públicas en el país.
Pero hasta el momento, es poco lo que se ha desarrollado respecto a cómo asegurar que todas las escuelas públicas en el país tengan garantizados los servicios y las condiciones básicas para proteger y promover el aprendizaje y bienestar de los estudiantes.
El foco en el aprendizaje debiera ser el más importante de todas las propuestas que se incluyan en las ofertas programáticas de las candidaturas. Según los resultados de la prueba PISA 2022, dos de cada tres estudiantes de 15 años en México luchan con operaciones matemáticas básicas, y la mitad de ellos no alcanza a comprender lo que lee. Estas cifras no solo son alarmantes por sí mismas, sino que también desvelan una crisis más profunda en el sistema educativo mexicano, donde solo 28 de cada 100 niños que ingresan a primaria logran culminar estudios universitarios.
La educación es el pilar fundamental sobre el que construyen oportunidades de vida a nivel individual, así como también la paz social y una prosperidad compartida. Sin embargo, en México, la falta de condiciones básicas en muchas escuelas, como acceso a agua, luz, sanitarios adecuados, tecnología y una formación docente continua y de calidad, está comprometiendo este futuro.
De acuerdo con datos proporcionados por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) del ciclo escolar 2021-2022, 26,463 escuelas operan sin luz, 56,109 sin agua, 43,558 sin lavamanos y 5,950 sin sanitarios.
En tanto, la Secretaría de Educación (SEP) informó en el mismo periodo que 127 mil escuelas de preescolar a media superior (53.7%) no cuentan con computadoras para propósitos pedagógicos y 168,163 (70.7%) no tienen conexión a internet. Por último, último el presupuesto aprobado para la formación continua de docentes para sólo asignó 96 pesos anuales por maestro.
Ante este contexto, las plataformas abordan el tema de la educación con propuestas que carecen de detalles concretos sobre la implementación y financiación de iniciativas enfocadas en la mejora de los aprendizajes.
La promesa de Morena de alcanzar un 6% del PIB para educación para 2030, o la del PT de llegar al 8% pueden llegar a ser fuente de esperanza, pues plantean una agresiva expansión del gasto educativo que hasta el momento no se ha visto. Pero transformar un sistema educativo y aumentar su capacidad de generar aprendizajes requiere mucho más que ideas generales.
Es hora de que líderes políticos y sus equipos técnicos trasciendan las promesas preliminares y avancen en el desarrollo de estrategias y acciones concretas para construir mayor justicia educativa en el país. Cada niño, niña y joven en México es titular al derecho de estar en una escuela en condiciones óptimas, aprender en ella lo necesario para su desarrollo integral y participar como protagonista de su propio camino educativo.
POR GUSTAVO ROJAS AYALA
Director de Investigación en Mexicanos Primero
@gurarojas
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