Los cambios que han tenido las políticas laborales del Estado mexicano durante la Cuarta Transformación han sido muchos. Algunos muy evidentes, como el histórico aumento del salario mínimo. Otras agendas, como las cuarenta horas de jornada laboral y el aumento del aguinaldo, siguen pendientes de resolver.
Todas las luchas sociales deben avanzar con pasos de plomo, a veces lentamente, a veces más rápido. La modificación de los cuerpos de leyes y de las condiciones reales de trabajo para las personas es un proceso paulatino, de negociación, movilización y organización. La meta es nunca dejar de avanzar, ni de luchar.
Las últimas noticias de la huelga del sindicato de las y los trabajadores del Nacional Monte de Piedad demuestran lo anterior. Aunque las agendas deben continuar avanzando, las condiciones que propicia la Cuarta Transformación para la lucha de las y los trabajadores es de mucha mejoría en favor de los más desfavorecidos.
Antes del estallido de la huelga, algunos trabajadores de Nacional Monte de Piedad ganaban unos pesos menos que el salario mínimo, tras los ajustes llevados a cabo por el Gobierno Federal en esa materia. Además, los trabajadores acusaron a la administración de buscar impedir la legitimación del contrato colectivo de trabajo.
Con la mediación de la Secretaría de Trabajo, que dejó de ser una institución de defensa de los patronatos para cumplir su verdadera y legítima función: la de entidad imparcial que busque mejorar las condiciones de negociación entre las partes, los huelguistas y la administración llegaron a acuerdos para levantar la huelga, luego de algunas semanas.
Entre los beneficios obtenidos por los trabajadores están el aumento del 18% al salario de las personas trabajadoras, la obtención de diversas mejoras al contrato colectivo del trabajo y el pago de salarios caídos en razón de la huelga. Falta que la reanudación de labores se vote en las asambleas sindicales, para que, bajo la ley aprobada en 2019 respectiva a la democracia sindical, la huelga sea oficialmente terminada.
Lo que las y los trabajadores organizados de Nacional Monte de Piedad demuestra es el punto que hemos sostenido en la Cuarta Transformación. Se viven tiempos de democracia auténtica, y el gobierno, si bien no tiene las facultades necesarias para intervenir en favor de ninguna de las dos partes en un conflicto, tampoco hace como antes: intervenir ilegalmente para beneficiar a los administradores.
Ello, además de las nuevas disposiciones legales en favor de la democracia sindical prestan condiciones para que las personas tomen en sus manos su propio destino, organizándose, deliberando y efectuando las estrategias de lucha que consideren conveniente. La garantía de que no habrá represión y los derechos laborales serán respetados por el gobierno es uno de los más importantes cambios en la Cuarta Transformación.
POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE
MAAZ