DESDE AFUERA

De lo que hay y no se usa

Con Europa la situación es más compleja y más simple, dada nuestra educación eurocéntrica, su relativa lejanía y menor impacto económico

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En un país centrado en sí mismo, la política exterior y, por tanto, la Secretaría de Relaciones Exteriores son normalmente el patito feo, pero al mismo tiempo, la realidad es que México, como nación, no puede permitirse el lujo de marginarse o ignorar al mundo. 

Ni Corea del Norte, bautizado como el país ermitaño, puede darse ya ese lujo sin pagar costos.

En ese marco, lo que pase en y a sus relaciones internacionales tiene un impacto en México.

Y hágale como quiera.

Olvidemos que somos vecinos de Estados Unidos, la principal potencia económica y militar mundial y uno de los países más paranoicos sobre la faz de la Tierra. También pongamos de lado que la mera vecindad nos da muchas ventajas –el interés de los chinos, los rusos y los europeos lo confirma– y la situación de socio comercial de primer nivel lo subraya, pero no podemos olvidar también que la geopolítica nos impone una colección de problemas y líneas de alerta.

Entonces, lo que pase en la política externa y en la Cancillería nos interesa. Tanto por las complicaciones de una transición mundial cada vez más compleja y aquellas en que nos podamos meter por cuenta propia, como por quién y quiénes están a cargo de implementar políticas que en teoría buscan más los intereses nacionales que la comodidad ideológica del régimen.

Así que podemos tener, y tenemos, divergencias comerciales con nuestros vecinos y disputas sobre políticas domésticas. Normal y hasta deseable. Pero no sobre temas de fondo: seguridad –atacar a uno es atacar al otro–, salud pública, economía... estamos atados con Estados Unidos y ellos con nosotros.

Con Europa la situación es más compleja y más simple, dada nuestra educación eurocéntrica, nuestras simpatías, su relativa lejanía y  comparativamente menor impacto económico.

Asia presenta un panorama similar, con el proviso de que su erupción económica hace prioritaria la región para un país que como México tiene un enorme litoral Pacífico.

La importancia afectiva, cultural y política hacia América Latina la hace importantísima, y a querer o no, hace de Brasil un competidor, no un enemigo.

Y no pueden marginarse poderes como las organizaciones globales, los escenarios donde para bien o para mal se puede practicar el juego del multilateralismo para tratar de contrarrestar el poderío de la superpotencia y equilibrar los juegos de las potencias regionales por trascender al rango superior.

Y es necesario considerar los nuevos poderes fácticos, como las organizaciones de sociedad civil y su impacto.

De ahí la importancia de lineamientos, o sea, una política exterior de Estado, que no de gobierno, y de los practicantes, o sea diplomáticos preparados y de carrera. 

Pero hemos pasado de la Doctrina Estrada a la Doctrina Güera Rodríguez, de la "no intervención" a "fuera de México todo es Cuautitlán" y creemos que la improvisación y la ignorancia nos representan mejor.

Así nos va. 

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM    

@CARRENOJOSE

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