COLUMNA INVITADA

¿Puede el sistema educativo de México convertirse en el motor de su crecimiento económico?

El informe Spark & Sustainde McKinsey proporciona valiosas recomendaciones para mejorar el aprendizaje

OPINIÓN

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Erik Ramírez Ruiz / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

México se encuentra en un momento crítico de su desarrollo económico, beneficiándose significativamente por las oportunidades de Nearshoring. Sin embargo, para capitalizar y, más aún, sostener estas oportunidades, resulta indispensable emprender una transformación profunda y estratégica en la percepción y la inversión en educación dentro del país.

El informe "Spark & Sustain" de McKinsey proporciona valiosas recomendaciones sobre cómo mejorar el aprendizaje a gran escala. Destaca la importancia de invertir en la formación y el desarrollo profesional docente, la actualización curricular para atender las necesidades de una economía globalizada, mejorar la infraestructura educativa y fomentar la participación colectiva. 

Pero ¿cómo sabemos si estas recomendaciones son efectivas?

Finlandia desde 1990 ha invertido significativamente en la educación de sus docentes, garantizando que todos cuenten, como mínimo, un título de maestría y sobre todo un desarrollo profesional continuo. Sus resultados no solo se reflejan desde el 2000, en los altos resultados en PISA, sino también en su correlación directa con la fortaleza económica del país. 

Singapur ha centrado sus esfuerzos en la calidad docente y en un modelo de aprendizaje que pone énfasis no sólo en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), sino también en el pensamiento crítico, la creatividad y el desarrollo físico, social y moral del estudiante. 

Corea del Sur, además de adoptar estrategias similares, ha prestado gran atención a su cultura e impacto colectivo, valorando la educación como un medio hacia el progreso socioeconómico nacional. Esto ha motivado inversiones significativas tanto del gobierno como de las familias para alcanzar un nivel académico excepcional, complementando la educación formal con programas extracurriculares y tutorías. Este país ha evolucionado de una economía de bajos ingresos en 1960, con un PIB per cápita de apenas US$158, a convertirse en una nación próspera con un PIB per cápita superior a los US$31,000.

La adopción de estas recomendaciones requiere de una inversión financiera considerable, lo que podría contraponerse a la política de austeridad del gobierno actual. Es crítico reconocer que en México las nuevas generaciones muestran capacidades decrecientes en matemáticas, ciencias y lenguaje. La importancia y magnitud de la pérdida de estos procesos cognitivos subrayan que invertir en educación excede la noción de ser un mero capricho político; es una obligación social y, además, una estrategia económica lógica y necesaria.

Con el respaldo de datos y análisis internacionales, la respuesta a la pregunta inicial es afirmativa: el éxito económico de México estará intrínsecamente vinculado a la calidad de su educación.

POR ERIK RAMÍREZ RUIZ
MAESTRO EN TECNOLOGÍA INNOVACIÓN Y EDUCACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD (HGSE). CO- DIRECTOR DE HARVARD ALUMNI FOR EDUCATION, MIEMBRO DE LA COALICIÓN LATINO AMERICANA DE EXCELENCIA DOCENTE Y PRESIDENTE EJECUTIVO DE RADIX EDUCATION 
X: @ERIK_RAMIREZR

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