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Sinaloa, cuna del narcotráfico

Desde el inicio de la administración lopezobradorista, Sinaloa ha sido un foco

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Desde el inicio de la administración lopezobradorista, Sinaloa ha sido un foco de atención constante. La cuna del “Chapo” Guzmán y del Mayo Zambada, fundadores del Cártel de Sinaloa, y que ha extendido su poder por más 100 países, volvió a ser nota después de que el viernes 22 de marzo levantaron a 66 personas, 8 de ellas aún continúan desaparecidas.

De acuerdo con el Presidente y la Sedena, el secuestro masivo se debió a un supuesto enfrentamiento entre el grupo de "Los Chapitos", hijos Guzmán Loera, contra su tío, Aureliano Guzmán Loera, "El Guano".

La información oficial no da certeza absoluta sobre el contexto y fondo de lo que en realidad sucedió. Unos días después del caos desatado en Culiacán, que recordó al famoso “Culiacanazo” que sembró  el terror por la aprehensión y posterior puesta en libertad de Ovidio Guzmán El Ratón en 2019, por toda la ciudad fueron colgadas mantas con mensajes intimidantes para advertir a quienes llegaran a cometer secuestro o cobro de piso; las mantas estaban firmadas con las iniciales IAG, de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito.

Las mantas no sólo contradijeron la versión oficial, sino que dejaron ver que el secuestro de las 66 personas se debió a que estas habían transgredido los principios de la Pax Narca impuesta por el Cártel de Sinaloa, y habían incurrido en delitos no tolerados por los verdaderos amos de la entidad. El hecho de salir a hacer una declaración pública de esta magnitud, pone de relieve lo que a todas luces es un hecho: el crimen organizado posee la capacidad de establecer una estructura paralela al Estado, lo que le permite ser proveedor de seguridad, a costa del silencio de la ciudadanía.

Porque detrás de la estrategia de seguridad federal de abrazos, no balazos, hay una lógica que el Presidente López Obrador ha empujado y es ley: la inseguridad es producto del debilitamiento de los grandes grupos criminales, dando paso a la proliferación de bandas y criminales que se aprovechan de la situación.

Para dar pista de esto, habría que recordar que en 2022 señaló que los bajos índices de homicidios en Sinaloa se debía a que “hay lugares en donde predomina una banda fuerte y no hay enfrentamientos entre grupos y por eso no hay homicidios”.

Esta idea de que solamente se matan entre criminales, es la respuesta más factible a la inacción de las fuerzas de seguridad. No hay otra manera de entender que el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional en ocasiones se hayan convertido en simples espectadores, de que no se combata frontalmente al crimen y de que desde todo los ámbitos de gobierno, se tolere la impunidad, como diciendo: que entre ellos se maten.

No hay explicación más plausible, el único y verdadero Estado de Derecho, es el que proporciona el crimen organizado. Para poner las cosas desde un enfoque más claro, habría que ver las declaraciones del gobernador morenista Rubén Rocha, quien llamó a turistas y habitantes a disfrutar de las vacaciones de Semana Santa sin temor alguno, como si nada hubiera pasado.

De las condolencias por la muerte de la madre del Chapo y disculparse con él por llamarlo por su apodo y no por sus apellidos, el Presidente ha dejado claro que para mantener la paz, hay que hacer ojos ciegos a los grandes capos del crimen organizado.

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ

COLABORADOR

@CARLOSZUP

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