100 VOCES, 1 PROPÓSITO

Es tiempo de cambiar la historia

Las mujeres hemos sido poco más del 50% de la población. Pero, sólo hemos ocupado 0.5% de las páginas de los libros de historia

OPINIÓN

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Bárbara Arredondo Ayala / 100 voces, 1 propósito / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En América Latina, y específicamente en México, tenemos los niveles más elevados de violencia de género. Tengo años preguntándome por qué en México la mayoría de las estadísticas van a la alza y las mejoras que hemos visto tardan tanto en llevarse a cabo. La barrera más compleja que enfrentamos es la cultural, esa pecera que nos hace creer que lo que vivimos aquí es normal.

En alguna parte del imaginario, la narrativa, la construcción social como sociedad hemos desarrollado, comprado y exportado tantas ideas y hábitos que perpetúan y normalizan estas violencias al grado de que hoy México es considerado uno de los peores 20 países para ser mujer. Hoy, la representación importa más que nunca. Mi misión es desarrollar una nueva narrativa, donde mujeres y hombres podamos construir un piso parejo y como consecuencia reducir los índices de violencia de género.

Soy activista y productora. En 2018 cofundé Decididas, un movimiento enfocado en crear conciencia de la toma de decisión, impulsar los liderazgos de mujeres y modelos a seguir en Iberoamérica, contribuir a la equidad de género e impulsar el crecimiento económico de las mujeres.

Este año celebramos la segunda edición de Decididas Summit, donde convocamos a más de 600 líderes y agentes de cambio de más de 30 industrias y más de 15 países. Dos años después cofundé Anónima Media, una productora dedicada a desarrollar y producir historias creadas y protagonizadas por mujeres en América Latina y España

Comencé mi carrera como periodista a los 23 años, recuerdo que me inspiraba escribir historias y hacer entrevistas que presentarán a México dentro de una mirada constructiva, desde la posibilidad de crear un cambio a favor de la sociedad; en parte también para contrarrestar los tiempos caóticos e inestables que enfrentamos. Tres años después me di cuenta que el cambio que buscaba construir tenía que evolucionar a otro formato más allá de un artículo.

Ese fue el primer momento donde me atreví a tomar un riesgo y llevar mis ideas a espacios completamente desconocidos para mí. Algo me llamaba a convocar a líderes de diversas industrias y países para dialogar sobre temas puntuales y aprender de modelos a seguir. Estaba convencida de que había otras historias, que planteaban otras narrativas.

Estaba convencida también del poder de la comunidad, del efecto catalizador que se da por naturaleza cuando se crea un espacio con personas totalmente desconocidas entre ellas pero apasionadas de diversos intereses y causas en común. Es esencial que cerremos la brecha de género, y para ello también hay que cerrar la brecha entre nosotras, entre industrias, países y generaciones.

Nuestras decisiones del día a día, desde cada uno de los diversos mundos y espacios que habitamos, determinan nuestra realidad. Escribir una nueva historia, depende también de que nos reconozcamos como protagonistas dentro de nuestras propias vidas. Para construir cambios es crítico que las mujeres participen en las mesas de toma de decisión en todos los sectores.

Reunirnos en círculos para contar historias es una de las formas que nos lleva a nuestro origen como civilización. Y es en las historias dónde creo que debemos prestar más y más atención ya que en ellas le damos forma a la manera en la que nos reconocemos y entendemos el mundo en el que habitamos.

Los sistemas que entendemos hoy, sean políticos, económicos, culturales, sociales se crearon también a partir de historias y con la información que tenemos hoy, podemos decir que las mujeres no fueron convocadas a participar en esas mesas de discusión y negociación donde se desarrollaron estos sistemas, estas estructuras que hoy en América Latina nos están limitando, asfixiando y matando. En 2024, es tiempo de cambiar la historia.

POR BÁRBARA ARREDONDO AYALA

Activista y productora

MAAZ