COLUMNA INVITADA

Reducir brechas para crear oportunidades: la importancia de avanzar hacia un Sistema de Cuidados en México

Se ha normalizado que las mujeres destinan más tiempo al trabajo del hogar no remunerado

OPINIÓN

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Alida Marcela Gutiérrez Landeros y Laura Georgina Álvarez Toledo / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Índice Global de Brechas de Género, publicado anualmente por el Foro Económico Mundial, posiciona a los países según las brechas entre mujeres y hombres en áreas claves como la participación y oportunidades económicas, en educación, salud y política.

En 2023, México ocupó el puesto 33 de 146 países, siendo la dimensión de participación económica y oportunidades la peor evaluada al ubicarse en la posición 110. 

La publicación del Sistema de Indicadores de Pobreza y Género 2022 (SIPyG), del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en el marco del Día Internacional de la Mujer, permite ahondar en esta dimensión y aporta evidencia actualizada sobre la división sexual del trabajo que es inherente a la participación económica de las mujeres, la cual es considerablemente menor que la de los hombres.

De 2016 a 2022, el 65% de las horas totales trabajadas por las mujeres se destinaron al trabajo del hogar no remunerado; para los hombres, el 75% de su tiempo se destinó al empleo.

Se ha normalizado e invisibilizado que las mujeres destinan más tiempo al trabajo del hogar no remunerado en comparación con los hombres, así como a sus consecuencias que conlleva vulnerabilidades socioeconómicas y de derechos más frecuentes e incluso más severas para las mujeres, por ejemplo, una menor participación laboral, limitaciones en la calidad y remuneración de los empleos a los que acceden, como lo muestran los datos del SIPyG.

Una de las principales atribuciones del CONEVAL es definir y medir la pobreza multidimensional en México. Sus resultados han evidenciado cómo las mujeres en pobreza enfrentan mayores dificultades para ejercer sus derechos y mejorar su bienestar socioeconómico; lo que se debe, como demuestra el SIPyG, a las privaciones que caracterizan a los contextos de pobreza, así como a la exacerbación de la división por género del trabajo no remunerado del hogar y del empleo.

En efecto, de 2016 a 2022 la brecha en el acceso al empleo fue mayor cuando hubo más responsabilidades de cuidado de personas menores, predominantemente asumidas por mujeres.

A nivel nacional, las madres de menores de cinco años participaron en el mercado laboral 45 puntos porcentuales (pp.) menos en comparación con los padres, y la brecha aumentó a 54 pp. en pobreza; de manera que, las madres en pobreza con hijas(os) de hasta 5 años de edad presentaron la menor tasa de ocupación del total de la población con hijas(os) (2 de cada 5).

En cuanto a la brecha salarial, entre 2016 y 2022, las mujeres fuera de pobreza ganaron en promedio 10 pesos por hora menos que los hombres, y esta brecha fue de 25 pesos por hora menos para las mujeres en pobreza.

Por tanto, es necesario establecer marcos normativos que promuevan la corresponsabilidad del trabajo no remunerado del hogar entre mujeres y hombres, con los sectores público y privado, y la asignación de presupuesto para ello.

También, resulta imprescindible que el Estado proporcione servicios de cuidado para mitigar la carga de responsabilidades que recaen sobre todo en las mujeres, para asegurar que el acceso a estos servicios no esté condicionado por los ingresos de los hogares ni por las afiliaciones de sus integrantes, lo que mejoraría las condiciones de vida de las mujeres, principalmente, de quienes están en pobreza.

Escrito por la Dra. Alida Marcela Gutiérrez Landeros, Coordinadora General de Análisis de la Pobreza del CONEVAL 

Lic. Laura Georgina Álvarez Toledo, Subdirectora de Metodología de Mediciones del CONEVAL

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