MUNDO DIGITAL

OpenAI vs. The New York Times

La demanda de los editores del periódico se basa en utilización de sus artículos en el entrenamiento de los algoritmos de la compañía

OPINIÓN

·
Armando Kassian / Mundo Digital / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El problema entre OpenAI y The New York Times se origina en el uso de contenido del periódico por parte de la empresa para entrenar sus algoritmos generativos, específicamente el modelo ChatGPT. 

The New York Times llevó a OpenAI a los tribunales por utilizar su contenido sin algún permiso, ni acuerdo, lo que desencadenó una batalla legal. 

Los editores del periódico presentaron varios prompts que, al ser interpretados por el algoritmo generaban artículos textuales del propio medio, lo que evidenciaba que la compañía había utilizado esos artículos en su entrenamiento. 

Este conflicto ha generado importantes reflexiones jurídicas y éticas sobre el uso de contenido para entrenar inteligencia artificial.

La cosa no se queda aquí, ya que en medio de la batalla legal de OpenAI con The New York Times, la compañía ha anunciado acuerdos con PRISA, editores de El País, en España, y con los editores de Le Monde, en Francia, para alimentar de contenido las versiones en español y francés de ChatGPT y otros modelos generativos. 

Estos acuerdos son significativos, ya que indican la intención de OpenAI de evitar litigios por apropiación de propiedad intelectual con medios de todo el mundo.

La demanda presentada por los editores de The New York Times se basa en la utilización de sus artículos en el entrenamiento de los algoritmos de OpenAI. Mientras los editores afirman que los resultados obtenidos son evidencia de esta apropiación, OpenAI argumenta que estos reportes no pueden obtenerse de manera natural y que corresponden con algún tipo de hackeo. 

Esta situación plantea una cuestión fundamental sobre la legalidad de utilizar contenido de medios para entrenar algoritmos generativos. Es evidente que el contenido de calidad es un activo valioso para entrenar algoritmos generativos, lo que plantea la posibilidad de una carrera entre los algoritmos entrenados con información de calidad y aquellos que no tienen acceso a acuerdos similares. 

Esto podría resultar en la generación de contenido de calidad inferior o incluso aberraciones si no se cuenta con acceso a fuentes de calidad.

En resumen, los acuerdos entre OpenAI y los editores de los medios plantean importantes reflexiones jurídicas y éticas sobre el uso del contenido para entrenar Inteligencia Artificial. 

Además, el impacto a largo plazo de restringir los elementos con los que puede o no entrenarse una Inteligencia Artificial (IA) es un tema que merece una consideración cuidadosa. Esta es una batalla que la planteó como la primera de muchas que se viene en lo que se le da forma a las industrias con estas nuevas herramientas a las que les estamos llamando “Inteligencia Artificial”.

POR ARMANDO KASSIAN

@ARKASMI

EEZ