CAMPUS

Juventud en Éxtasis

Muchos se quedarán en casas el día de los comicios a pesar de que son conscientes de que su voto es relevante para la salud del país

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

De manera reciente he tenido la oportunidad de convivir con los hijos bachilleres y universitarios de varias amigas y amigos. Han sido experiencias revitalizantes y entretenidas. Además de remontarme a mis épocas de estudiante, se me ha permitido acceder a un universo ajeno e insondable.

La gran mayoría está desencantada con los partidos y la clase política. Muchos se quedarán en sus casas el día de los comicios a pesar de que son conscientes de que su voto es relevante para preservar la salud de nuestra república.

En el obradorato se han perdido regiones enteras con el crimen organizado y los cárteles. El reto más profundo que tiene México es el de regresarle al Estado el monopolio del uso de la fuerza legítima. Y hacerlo en un entorno de reconstrucción institucional. El desasosiego que existe en los jóvenes con relación al pluralismo y sus beneficios y la manera en que se podrían incorporar a este esfuerzo de reconstrucción democrática es el gran desafío que enfrenta México.

Alrededor del mundo —pero con mayor énfasis en México— hay un desencanto con las democracias liberales que, si bien han elevado el bienestar de los individuos, persiste la idea de que no han atemperado la desigualdad en la distribución del ingreso.

En el imaginario social está muy acendrada la idea de que el liberalismo y en particular la democracia han fracasado en la generación de sociedades igualitarias y más equitativas. La crisis sanitaria y la recesión que la ha acompañado ha agravado este sentimiento antidemocrático.

Guardarse el día de la elección pone en riesgo la posibilidad de participar en el “ejercicio de la razón pública” (Rawls:dixit). Es decir, la oportunidad de que los ciudadanos participen en las discusiones que tienen que ver  con los asuntos públicos.

En tiempos no tan remotos, las elecciones no eran ciudadanas como ahora. Las organizaba el gobierno y eran burócratas a su servicio quienes “contabilizaban” los votos. En los 60 había candidatos únicos a la Presidencia. La arena pública y la política se reducía a un solo partido. No había cabida para el disenso.

La lucha libertaria por conseguir espacios de participación duró décadas y una cantidad inconmensurable de mexicanos empeñaron su vida para que la decisión de quién detenta el poder recayera sobre los ciudadanos, al margen de los designios de una sola persona.

Eso es lo que está en juego en los próximos comicios. Un gobierno dictatorial, despótico y unipersonal está a un paso de la tiranía. La democracia y el pluralismo se sostienen en la noción de una ciudadanía activa, en la importancia de la participación y en el involucramiento cívico. No solo hay que votar, hay que meterle al relojito horas México. 

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

CONSULTOR

@AECHEGARAY1

MAAZ