COLUMNA INVITADA

Las Poquianchis [II]

De acuerdo a María de Jesús el sobrenombre de Poquianchis, lo adquieren al comprar en 1949

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

De acuerdo a María de Jesús el sobrenombre de Poquianchis, lo adquieren al comprar en 1949 un cabaret en El Salto, Jalisco, a un homosexual al que apodaban el Poquianchis, de ahí el nombre. 

En febrero de 1941, el presidente municipal de San Juan de los Lagos, Rafael Pérez, le alquila dos locales a Delfina González Valenzuela, donde estableció un lupanar, Elsa Robledo, en su libro Yo, la Poquianchis, señala el mismo alcalde “le presta los envases de cervezas para ganar más dinerito”.

Con la finalidad de atraer a sus clientes al centro nocturno, podemos imaginar, a ese personaje contratado ex profeso, un hombre que caminaba en largos zancos de madera, vestido de traje estrafalario y adornos de chaquira, daban vuelta en la feria, entre zancada y zancada gritaba con una bocina de lata vieja: ¡Arrímense, arrímese, que llegó lo bueno! 

Elsa Robledo, agrega, “Los mirones alzaban la vista boquiabiertos ante el  gigante mitad de palo, deseosos de saber qué era lo mejor. -No se quede sin saberlo, joven, lo bueno está en El Guadalajara de Noche. Síganme…No se lo pierdan…Allá ustedes”

Al recapacitar en la sentencia de 40 años de prisión, Delfina y María de Jesús pronto se sintieron emparedadas en el Penal de Guanajuato. Los recuerdos de noches de vino y parrandas se momificaban al lento paso del tiempo” y vociferaban, “¡Hijos de la tiznada! ¡Si somos tan delincuentes mejor mándenos a las Islas Marías! ¡Por lo menos allá hay sol, palmeras y hasta sol!

En Archivos Secretos de Policía publicado por el diario La Prensa, editado por Luis Francisco Macías, puntualiza, “María de Jesús pasó muchos años en prisión y se dice que, lejos en el tiempo y del drama de 1964, salió libre ya muy vieja y se perdió en el anonimato. Nadie supo más de ella…María Luisa, quien afirmaba no tener nada que ver con los negocios de sus hermanas, la enviaron a prisión a Guanajuato y allí enloqueció por sus temores a ser linchada”.

En esos ayeres, circulaba la revista Alarma!, en uno de sus números se lee, “A manera de estampas del averno, presentamos a las pavorosas Poquianchis”, pues bien este semanario llegó a un tiraje de medio millón de revistas cada semana.

Bajo la dirección de Felipe Cazals, en 1966 se filmó la película Las Poquianchis con Diana Bracho, ella le confió a Tomás Pérez Turrent y Leonardo García Tsao en entrevista Cine, “Con Adelina (Adela) me sucedieron cosas maravillosas, aunque fue un trabajo bastante fuerte. A través de la filmación empecé a sentir una serie de resentimientos, una serie de odios, de amarguras que nunca en mi vida había sentido”, también participaron Jorge Martínez de Hoyos, Pilar Pellicer, entre otros actores.

Jesús Morales Jacinto, escribió el Corrido de las Poquianchis, “Año de 1964, cruzando, descubrieron en San Pancho, lo que aquí estaba pasando; el martes 14 de enero, la suerte las olvidó a las hermanas Poquianchis la judicial las aprehendió…Eran tratantes de blancas, muy duras de corazón, pues tenían en su poder un verdadero panteón…”

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ