A inicios de este año, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) compartió que 61.5% del territorio mexicano padece sequías, mismas que han afectado a más de 1,600 municipios en el país, limitando el acceso a agua potable en miles de viviendas.
A nivel mundial, 25% de la población no cuenta con acceso a agua potable. Además, los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y miles de millones de personas enfrentan más obstáculos para obtener el líquido vital. La crisis de agua ya no es un problema del futuro, es un problema del presente.
Algunos problemas en torno al acceso y distribución de agua son bien conocidos, como es el caso de la contaminación. De acuerdo con el Banco Mundial, 70% de las aguas residuales de América Latina se regresan a los ríos sin ser tratadas y los contaminan. Aunado a la escasez mundial, los sistemas distribución de agua muchas veces incrementan las desigualdades a nivel mundial.
Esto provoca que el consumo per cápita de agua sea irregular y algunos grupos, ya vulnerables, cuenten con más obstáculos para acceder a ella. Entre todos estos retos, existe uno más silencioso pero igual de importante: la ciberseguridad.
A medida que la demanda mundial de agua incrementa y se convierte en un activo mucho más crítico para los gobiernos, las poblaciones y las empresas, también se convierte en un objetivo atractivo para ciberatacantes. Al formar parte de la infraestructura crítica de un país, los sistemas de suministro y tratamiento de agua son cada vez más vulnerables.
Tan solo en 2023, la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA) sufrió un ataque cibernético que ocasionó afectaciones que tardaron más de 80 días en ser reguladas. Recientemente, el gobierno estadounidense advirtió la vulnerabilidad de sus propios sistemas de agua a nivel nacional, tras haber sufrido varias amenazas y afectaciones en los últimos meses. Algunos Estados incluso advierten sobre un futuro en donde los conflictos se conviertan en una “guerra de sequías”.
Cada día que pasa, son más las personas cuyo acceso al agua se ve peligrado. Este Día Mundial del Agua, debemos recordar que construir un futuro equitativo y sostenible es una tarea compartida por gobiernos, empresas, organizaciones y personas.
Desde Metabase Q, contamos con soluciones de ciberseguridad que protegen los activos más críticos de las organizaciones; y desde Future Community, trabajamos por construir un futuro alineado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, creando alianzas que permitan unir esfuerzos y trabajar por un futuro en donde dos cosas sean garantía para todas las personas: la seguridad y el agua.
Escrito por: Anahí Lima
@MetabaseQ
EEZ