DESDE AFUERA

La Celac y sus problemas

Xiomara Castro envió un mensaje de felicitación a Putin por su "convincente" reelección en Rusia, pero no todos en esa alianza estuvieron de acuerdo

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La creación de grupos regionales con la participación de países ideológicamente disímbolos y con necesidades y posiciones políticas distintas demanda un cuidado considerable.

Dígalo si no la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que de hecho enfrenta una primera "mini-crisis", tras la pública reconvención que 10 de los 33 países miembros hicieron a Xiomara Castro, mandataria de Honduras y actual presidenta pro-tempore de la semiformal organización que algunos desearían tomara el lugar de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En uno de sus primeros actos como presidenta pro-témpore, Castro envió una serie de mensajes en los que felicitaba a Vladimir Putin por su "convincente" reelección en Rusia; una nota al secretario general de la ONU, António Guterres, en relación al conflicto entre Israel y Hamas, y una carta a los Jefes de Estado y de Gobierno sobre la situación de Haití.

Para los coordinadores, o representantes de 10 países, los mensajes no corresponden a una comunicación acordada por la Celac.

Y así lo hicieron saber Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.

Castro se defendió y aseguró que al enviar esos mensajes cumplía con sus obligaciones, al precisar también que la posición sobre Haití, en favor de una solución interna, y por un alto el fuego y una resolución del conflicto en Gaza a base de la propuesta de "dos estados", habían sido incluida en el comunicado final de la reunión de emergencia sobre la situación haitiana, el 18 de marzo pasado.

Pero el público choque entre Castro y los representantes de 10 países puso de relieve uno de los principales problemas de la Celac: su falta de estructura. La forma en que opera se basa en un desempeño rotativo de las funciones de secretariado, desempeñadas por la Cancillería del país en la
Presidencia.

Originalmente propuesto por el primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y apoyado por el régimen de Felipe Calderón en México, durante un encuentro latinoamericano en Cancún en 2010, la Celac siguió los vaivenes de la política de la región y el fluctuante interés de sus miembros hasta que en 2019 el entonces  flamante gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, consideró necesario revitalizarla.

La mayor visibilidad de Celac coincidió con el ascenso de nuevos regímenes de izquierda en la región. Castro misma, esposa divorciada de su actual secretario privado y expresidente derrocado Manuel Zelaya, es parte de la marea rosa.
Varios integrantes de la "marea rosa" se han pronunciado por reemplazar a la OEA, que consideran controlada por Estados Unidos, en favor de la Celac, y criticado a su Secretario General, el uruguayo Luis Almagro, por declaraciones que consideran fuera de lugar.

Como las de Castro.

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM           

@CARRENOJOSE

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