HIEL Y MIEL

Discriminación

Sabemos bien que México se ha convertido en el muro soñado por Trump y se ha consolidado como tal por las decisiones del actual presidente de EU

OPINIÓN

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Tere Vale / Hiel y Miel / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados) ha denunciado desde el gobierno de Trump hasta nuestros días, la “presión sin precedente” a la que se enfrentan los migrantes, desplazados y refugiados de Centroamérica, el Caribe, (especialmente de Haití y Cuba), de Venezuela e incluso de países de otros continentes que se establecen en nuestras fronteras.

Se ha enfatizado la necesidad de un reparto de responsabilidades regionales y mundiales para intentar regular este problema. El llamado no ha sido respondido por ningún país. En Estados Unidos ni Biden ni Trump han cambiado sustancialmente su política de expulsión sistemática de migrantes.

Al revés, a la luz de las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos, la situación se ha tornado cada vez más difícil. Sabemos bien que México se ha convertido en el muro soñado por Trump y se ha consolidado como tal por las decisiones del actual presidente de EUA. Nuestro país se ha ido convirtiendo en un colaboracionista de esta infamia.

Republicanos o demócratas, populistas o no, en Estados Unidos quieren que nuestro país retenga a los miles y miles de seres humanos que con arrojo y jugándose la vida se ven obligados a escapar de situaciones de violencia o pobreza insoportables.

Peor, en muchas ocasiones nuestra nación ha sido cómplice silenciosa de estas brutalidades, como en la lamentable tragedia de Ciudad Juárez donde murieron 40 personas quemadas por la irresponsabilidad e indolencia de las autoridades federales. Recordemos que Francisco Garduño continúa siendo, a pesar de tal crimen, el director del INM.

Hasta hace unos días, la respuesta oficial a lo ordenado por nuestro vecino del norte (que nos ha designado como tercer país de llegada) ha sido de una obediencia total injustificable.

Además de los golpes, violaciones, vejaciones y torturas que padecen cotidianamente los desplazados, existe una situación de insalubridad, carencia de servicios, hacinamiento y falta de atención médica que sufren las personas que cada día en mayor cantidad llegan a nuestras fronteras.

¿Podemos, entonces, exigir a EUA que se trate como seres humanos (y no como animales, como dice TRUMP) a los migrantes mexicanos y del mundo?

La SB4 (ley por momentos aprobada y en otros pospuesta) en Texas propone que cualquier persona “sospechosa “de ser indocumentada puede ser detenida y/o deportada sin mayor trámite. Los morenos o negros, los no caucásicos para decirlo claro, podrán ser víctimas de tales conductas racistas a manos de la policía texana.

La política migratoria es federal en EUA, pero con el recurso del gobernador texano Abbot de mantener el “orden” en su estado tal despropósito se ha ido validando unas veces por algunos jueces y siendo negada por otros.

Lo cierto es que la brutalidad militar, la indiferencia gubernamental, las ambiciones políticas en ambas naciones (con importantes procesos electorales este año) y la falta de respeto a los derechos humanos son temas que deberían conmovernos a todos, pero ni aquí ni allá este problema parece importar un comino. Veremos si como declaran actúan. Muchas vidas humanas están en juego.

POR TERE VALE

COLABORADORA

@TEREVALEMX

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