COLUMNA INVITADA

Movimiento feminista reto de la próxima presidenta

Habrá que atender con atención los planteamientos de las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez al respecto, ya que en esta administración el movimiento ha sido descalificado y criminalizado desde Palacio Nacional a decir de muchas activistas

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es increíble que en el último año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se siga estigmatizando al movimiento feminista como violento. Las mujeres lo único que hacen es ejercer su derecho a la libertad de expresión, en un país que aún sigue siendo machista y en donde se les sigue asesinando solo por el hecho de ser mujeres.

La razón de ser de estas marchas como la del pasado 8 de marzo tiene un motivo, y es que están cansadas de políticos que nunca han podido garantizar el derecho a una vida libre de violencia.

Habrá que atender con atención los planteamientos de las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez al respecto, ya que en esta administración el movimiento ha sido descalificado y criminalizado desde Palacio Nacional a decir de muchas activistas.

No cabe duda de que la deuda con las mujeres sigue pendiente y sus reclamos son más vigentes que nunca, la violencia feminista no termina, gracias a la falta de programas eficientes para disminuir los índices de agresión.

Algunos candidatos abordan el tema sin reservas como en la Ciudad de México, en donde el candidato de la oposición, Santiago Taboada, se comprometió a erradicar los feminicidios en la capital. Incluso, se dio el espacio para criticar a su contrincante, ya que aseveró que en la alcaldía Iztapalapa, en donde gobernó Clara Brugada, es donde se presentaron la mayoría de este tipo de delitos.

Quien sea la próxima presidenta de México tendrá que garantizar los derechos humanos de las mujeres, entre ellos el derecho a la vida, al libre tránsito seguro y a vivir libres de violencia. La mayoría de los mexicanos queremos que nuestras madres, esposas, hermanas, e hijas, y, en general, todas las mujeres, vivan en paz y no se les estigmatice por el simple hecho de ser mujeres.

Ya no queremos ver en las calles a más madres buscadoras, quienes con su lucha constante han logrado cambios estructurales en pro de sus derechos humanos. La voz de las mujeres debe ser para ayudar con su inteligencia y capacidad a construir un mejor país, no para reclamar al Estado la deuda que tiene con todas las víctimas de feminicidio y con sus familias.

Lo que se ha logrado es insuficiente, nadie puede sentirse satisfecho con los resultados. No solo no se han acabado los feminicidios, persiste la desigualdad laboral, salarial, el acoso sexual, la discriminación, entre otros flagelos, que no han permitido que las mujeres tengan una vida digna.   

Y no es que no haya habido avances, se han dado pasos como el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el acceso a espacios laborales cada vez más importantes, el ejemplo lo tenemos en que la próxima presidenta de México será mujer, sin embargo, todavía falta mucho por hacer, pero sobre todo el acceso a una vida libre de violencia.

Ese es el rubro que habrá de atenderse de manera inmediata y con tolerancia cero para los feminicidas, no más abrazos y si la aplicación de la ley. 2023 concluyó con 3,429 asesinatos de mujeres, es decir, homicidios dolosos por el solo hecho de ser mujeres.

Que se deje de una vez por todas a un lado como en muchos otros casos, la impunidad, así como el trato indolente de algunas autoridades para las familias de las víctimas. Ojalá que los responsables de aplicar la ley recuerden que tienen mamá, esposa, hermanas e hijas.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO

eduardomacg@icloud.com 
@eduardo84888581

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