A menos que algo drástico suceda, el próximo 2 de junio México elegirá a la primera mujer presidenta. Una gran conquista del avance vertiginoso que el movimiento feminista ha tenido en las dos primeras décadas de este siglo.
Pero, las dos mujeres punteras en la contienda representan dos proyectos totalmente diferentes. Dos mujeres con orígenes opuestos y dos caminos que no encuentran un punto de unión. Al arrancar esta fase de la campaña, el humor en los cuartos de guerra no podría dejar de ser igual de contrastante.
En el de Xóchitl Gálvez hay un ambiente de optimismo. Consideran que “ganaron la intercampaña” al no dejar de estar presentes en la opinión pública, con la gira por Estados Unidos y la visita a El Vaticano.
Sintieron también un gran empuje con las marchas en la CDMX, varias ciudades del país y el extranjero que el 18 de febrero apoyaron a la democracia, si bien no fueron explícitamente a favor de Gálvez. Además, tienen mediciones que ubican a Xóchitl en mejor posición que otros sondeos públicos y piensan que la campaña hará que crezca, lo que representa un gran avance frente al descomunal aparato que esperan tener en contra.
También, el equipo conformado para trabajar en las propuestas se ha integrado mejor de lo que esperaban a pesar de que provienen de distintos partidos. Del lado de Claudia Sheinbaum persiste el nerviosismo de quien tiene sobre sus hombros la responsabilidad de la continuidad de un proyecto como el de Andrés Manuel López Obrador.
Trascienden divisionismos y falta de coordinación. Esperan ver las consecuencias de los exabruptos del presidente, al tiempo que la candidata acude a medios de comunicación tradicionales a entrevistas, aunque también lo hace con youtuberos a modo. Esta semana, se presentó de manera al grupo que acompañará a Sheinbaum en los próximo 90 días y, como la carreta de las calabazas, esperan que en el camino se vayan acomodando.
Aparecen Mario Delgado como su coordinador de campaña, siendo el único líder de partido que no aparto para sí una candidatura plurinominal; Citlali Hernández como enlace con mujeres; las excorcholatas Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
Hay gratas sorpresas como Olivia Salomón y Ana María Lomelí, que son coordinadoras de enlace con el sector empresarial o César Yáñez, que pondrá su gran experiencia en agenda y giras; pero también nombramientos inexplicables como Manuel Velasco, quien es el “coordinador de alianzas”.
Vienen tres meses intensos. El país observa en medio de una polarización. Suerte a ellas, considerando que como yo, quieren tener un país mejor
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ