PANORAMA INTERNACIONAL ANÁHUAC

Diversificación en Medio Oriente

El proyecto inyectará 35,000 millones de dólares en inversión extranjera directa a la economía en dos meses, la mayor suma de ese tipo en la historia de Egipto. Asimismo, se contempla que la inversión emiratí alcance 150,000 millones de dólares

OPINIÓN

·
Ángel Rabih Rayes / Panorama Internacional Anáhuac / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

En febrero del 2024, se firmó el acuerdo más ambicioso entre los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto, con el fin de construir una nueva ciudad de última generación en la localidad de “Ras el-Hekma”, en la región mediterránea de Egipto, y convertir a la localidad en un nuevo centro urbano, empresarial y turístico en la costa norte del país.

El proyecto inyectará 35,000 millones de dólares en inversión extranjera directa a la economía en dos meses, la mayor suma de ese tipo en la historia de Egipto. Asimismo, se contempla que la inversión emiratí alcance 150,000 millones de dólares. Una vez concluido el proyecto se estima atraer a 8 millones de turistas a “Ras el-Hekma.”

El gobierno egipcio acordó con el Fondo de Abu Dabi para el Desarrollo (agencia de ayuda exterior del gobierno de Abu Dabi) la construcción de un aeropuerto internacional al sur del país; también se estableció que Egipto recibirá una parte de los ingresos de dicho aeropuerto.

Sin embargo, con la firma del acuerdo la administración del país se enfrenta a una serie de paradojas. Por mencionar algunas: a) las manifestaciones, que cumplen dos semanas, de los residentes de Ras el-Hekma, ante el temor de ser desplazados de sus tierras. Ahí se producen 17 por ciento de las aceitunas y 26 por ciento de los higos del país, cultivos que sólo crecen en un ambiente desértico, y perciben que el monto que el gobierno les ofrezca por sus tierras será menor al valor actual de sus propiedades. b) Ras el-Hekma es una zona donde habitan 10,000 personas, con una población predominantemente beduina que trabaja en la agricultura y el comercio.

Por consiguiente, a pesar de ser una victoria para el presidente Abdel Fattah El-Sisi, también representa una encrucijada. Por un lado, están las preocupaciones de la población en Ras el-Hekma; por otro lado, está el interés del gobierno egipcio de diversificar su economía, ya que el proyecto representa una válvula de escape: de acuerdo con datos de la Agencia Central de Movilización Pública y Estadísticas, se enfrenta a una inflación general anual récord de 35.7 por ciento.

Es menester resaltar que el acuerdo entre Egipto y EAU sigue la misma lógica y dinámica que impera entre las monarquías del Golfo, o sea “la diversificación, tanto de sus economías como de sus alianzas políticas“, todo esto frente a una coyuntura en la que actores como: China, Rusia y Bharat (lo que hasta el 2023, se conoce como la República de la India) buscan una reconfiguración en el orden mundial que disminuya la influencia de Occidente y los países de Medio Oriente están diversificando sus alianzas.

Ahora bien, Egipto no cuenta con petróleo como las monarquías árabes. Sin embargo, este país aspira a ser el centro energético en el Mediterráneo, gracias la explotación de los yacimientos de gas natural Nargis y Zohr descubiertos en 215 y 2021 respectivamente.

Por consiguiente, resulta indispensable cuestionarse si el presidente egipcio podrá mantener su política de diversificación como el resto de las monarquías del Golfo, a pesar del descontento social al interior del país por la deuda pública y la inflación.

POR ÁNGEL RABIH RAYES EL- KANTAR

COORDINADOR DEL SEMINARIO ANÁHUAC DE MEDIO ORIENTE

PAL