ESCRIBIR CON LUZ

Bordar la memoria

En unión con diversas técnicas fotográficas, el bordado ha enriquecido el lenguaje visual de artistas y mujeres en lucha

OPINIÓN

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Cynthia Mileva / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El acto de bordar para las mujeres mexicanas ha sido un acto de identidad creativa desde nuestros pueblos originarios. Con el paso del tiempo, algunas de estas técnicas artesanales se incorporaron al ámbito del arte contemporáneo abriendo nuevas puertas de textura y color que han explorado, desde entonces, artistas del hilo.

El gusto por estas obras -que suelen ser muy atractivas- ha crecido en las últimas décadas y, debido a su naturaleza, ha despertado un particular interés desde el confinamiento pandémico. 

Aunque los hombres formen parte de la fabricación textil, el bordado es una práctica que crece principalmente de las raíces femeninas.

Una actividad que trascendió el sentido utilitario de la indumentaria para convertirse en una práctica estética. Una práctica que se unió a las técnicas de intervención fotográfica y que ha logrado, junto a procesos como la cianotipia, trasferencias en tela, impresiones en papel de algodón y materiales experimentales logrando un resultado más orgánico.

En un momento histórico donde los movimientos feministas caminan sobre sus propias huellas con una mirada ensanchada, incluso más cómoda, se ha resignificado el peso cultural que atraviesa el ojal de la aguja.

Una aguja que ha bordado historias bucólicas en un huipil, abstracciones en un lienzo colgado en un museo, pero también, escrito a paso de pespunte cartas de tela bordadas por las madres buscadoras.

El trabajo cada vez más expuesto de artistas que vinculan técnicas de bordado en las prácticas fotográficas ha enriquecido su discurso visual, dotándolo de una potente carga cultural y ha logrado unir los hilos de manos aisladas para transformarlos en colectivos de mujeres que comparten un espacio que recupera un tiempo sosegado entre puntadas para atesorar el recuerdo.

Bordar la memoria hoy es una forma creativa de resistir una realidad donde la imagen es cada vez más artificial y desechable.

POR CYNTHIA MILEVA 

CYNTHIA.MILEVA@HOTMAIL.COM

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