COLUMNA INVITADA

Feminismo de ocasión

A esas personas sigue sin quedarles claro que las mujeres no somos el botín de los políticos, ni materia de un discurso para sumarse a la publicación de notas en medios de comunicación o redes sociales

OPINIÓN

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Karen Quiroga/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 8 de marzo además de ser Día Internacional de la Mujer desafortunadamente se convirtió en espacio para el feminismo de ocasión, ese que se hace presente en todas las esferas políticas, a través de pronunciamientos hipócritas y cínicos que pretenden acabar con el acoso en las calles y lugares de trabajo, o bien apoyar la causa de las mujeres, aunque en los hechos, muchos de esos discursos provengan de violentadores.

Con frecuencia, se trata de hombres, y también mujeres al frente de instituciones que tienen montones de denuncias por hostigamiento, incluso de mujeres que son madres de varios hijos, de quienes integran esas instituciones y ni siquiera se han atrevido a enfrentar eso, sin contar, desde luego, con la corrupción que como nunca antes se vive en esas instituciones.

A esas personas sigue sin quedarles claro que las mujeres no somos el botín de los políticos, ni materia de un discurso para sumarse a la publicación de notas en medios de comunicación o redes sociales. Todo lo contrario, pareciera que con el tiempo esto se va acentuando.

Fue justamente, con motivo del 8 de marzo que en el Poder Judicial de la Ciudad de México se presentó el Manual para Identificar y Atender la Violencia de Género, con el que se refrenda, al menos en el discurso, el apoyo a las causas de mujeres, y se hace un llamado a invertir en igualdad laboral, salarial y a generar oportunidades para erradicar la violencia.

Sin embargo, basta echar una mirada a lo que sucede en ese poder de la Ciudad para entender que ahí se ejerce ese feminismo de ocasión, aquel que solo existe en la retórica, pero no en los hechos, porque si algún espacio de gobierno es violentador de mujeres por sus casos de acoso.

Por desgracia ese no es el único espacio donde ocurren esas prácticas, las renuncias provocadas por malos ambientes laborales tuvieron, desde 2019, un incremento notorio, en contraste las denuncias por prácticas tóxicas de maltrato y acoso no aumentan. 

La violencia hacia mujeres aumentó en 2023, siendo su punto más álgido durante los meses de enero a junio de ese año, a pesar de que durante la pandemia los niveles que hubo fueron históricos.

Por su parte, el acoso en el trabajo lo sufren jóvenes de entre 18 y 29 años de edad, es decir, en el mejor momento para su desarrollo y crecimiento económico, lo que se convierte en una nefasta practica ejercida principalmente por los jefes inmediatos y comienza con comentarios sexuales hacia sus subordinadas, sobre el tipo de ropa que usan hasta invitaciones a actividades fuera del horario laboral. Muchas intentan esquivar las intenciones de sus jefes, y al no funcionar piden su cambio y en casos extremos renuncian.

Decía yo que el feminismo de ocasión no es una práctica nueva, pero el hecho de que en la agenda pública exista una agenda feminista provoca que eso sea más notorio. Sólo así podemos entender como funcionarios y políticos que son deudores alimentarios hagan pronunciamientos de apoyo a las mujeres el 8 de marzo y lo olviden los 364 días siguientes.

Y lo peor resultan ser aquellas mujeres que en los hechos claudicaron en la lucha, se digan aliadas y hasta feministas, cuando han callado las muertes de mujeres, minimizado las desapariciones, y sobre todo han mostrado sumisión ante el gran patriarca de este país. Cerrando los ojos antes las 26 mil 333 mujeres desaparecidos según el Registro Nacional, cuyas edades oscilan entre los 15 y 24 años.

Ustedes lo que hacen es ejercer un feminismo no ocasión, no de convicción, y eso nos hace mucho daño a todas.

POR KAREN QUIROGA ANGUIANO
SECRETARIA NACIONAL DE IGUALDAD DE GÉNERO DEL PRD
@KARENQUIROGAAN

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