COLUMNA INVITADA

La represión a las mujeres en Zacatecas

Las personas lectoras sabrán que el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a las trabajadoras textiles de Nueva York que en 1857 se alzaron en huelga contra la explotación de clase y de género en Estados Unidos

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En contraste con los valores de la Cuarta Transformación, y con el espíritu democrático y de libertades que la inmensa mayoría de las gobernadoras y gobernadores de la coalición han mostrado en sus gestiones, el pasado 8 de marzo, Zacatecas capital protagonizó un episodio de violencia en contra de los movimientos sociales que nos es imperativo mencionar y criticar.

Las personas lectoras sabrán que el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a las trabajadoras textiles de Nueva York que en 1857 se alzaron en huelga contra la explotación de clase y de género en Estados Unidos.

A partir del ejemplo de ese puñado de mujeres, los movimientos feministas y de mujeres organizadas en todo el mundo han hecho del 8M una fecha histórica que estremece cada año a toda la sociedad global. La lucha de las mujeres en contra de la violencia, la desigualdad del patriarcado y por la defensa de sus derechos sexuales y reproductivos es una lucha que trasciende de periodos sexenales y de gobiernos.

Como parte del conjunto de los movimientos sociales, al igual que las organizaciones sociales campesinas, obreras, estudiantiles e indígenas, los movimientos de mujeres organizadas son en buena medida la vanguardia del progreso social en nuestra sociedad. Además, por tratarse de un movimiento que aspira a representar a más de la mitad de la población del país y del mundo, el movimiento de las mujeres es uno de los más trascendentes de este siglo.

Por ello, y por el simple hecho de que está compuesto por mujeres ciudadanas que gozan de las garantías constitucionales que México ofrece, es inaceptable que, en el marco de las marchas de conmemoración, protesta y lucha de las mujeres en el mundo, la policía de Zacatecas haya protagonizado vergonzosas escenas de violencia brutal, represión y autoritarismo que no solamente no van con los valores de la Cuarta Transformación, sino que no son compatibles con el estado de las cosas en el Siglo XXI.

No haré uso de este texto para personalizar la crítica, o poner nombres o apellidos de quienes, con toda seguridad, deben rendir cuentas por las decisiones tomadas durante la jornada del 8M. Para ello existen ya las denuncias sociales y jurídicas que las mismas mujeres organizadas han hecho públicas. Más bien, quiero abrir este espacio para que reflexionemos colectivamente sobre el papel que el Estado debe asumir ante la movilización de las mujeres que, con todo derecho, y más importantemente, con toda razón protestan por mejorar sus condiciones de vida hasta poder alcanzar la paz y la  prosperidad con justicia económica y política de género.

Las escenas de violencia policial en Zacatecas son resabios de un pasado que la Cuarta Transformación ha combatido. Se tratan de reflejos de una vieja cultura política que no termina de morir porque lo nuevo no termina por nacer. Estamos ante un momento de cambio y de cimbramiento de las viejas estructuras de la política mexicana y zacatecana. Quienes no ajusten sus prácticas a la nueva encomienda democrática y de derechos sociales (como el de la protesta) habrá de rendir cuentas al pueblo de México.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

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