COLUMNA INVITADA

Gentrificación o extranjerización desplaza nativos

Los gobiernos y la sociedad aún no encuentran la manera de canalizar este beneficio hacia los más necesitados

OPINIÓN

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Eduardo Sadot / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La gentrificación es un proceso de renovación y reconstrucción urbana, acompañado de flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres, particularmente por nómadas digitales, son fenómenos socio-urbanos traducidos en desplazamientos humanos de externos por nativos. 

Gentrificación se llama, a la llegada de habitantes económicamente fuertes que arriban a la zonas de la ciudad más atractivas, entre los que se encuentran, extranjeros pensionados o jóvenes que trabajan por internet en diversos países, cuyos ingresos o capacidad económica les permite pagar rentas altas, lo que encarece el precio de las viviendas en compra o renta, de zonas céntricas o más atractivas de las grandes ciudades, la ciudad de Oaxaca fue la primera que provocó manifestaciones de los habitantes originales por el arribo de extranjeros, que significó rentas altas para el común de los oaxaqueños, mientras al extranjero le resulta económico. 

El fenómeno no es privativo de México, se observa en todas partes del mundo, pero los gobiernos no han hecho nada por regularlo, con el pretexto de que la llegada de personas con mayor capacidad financiera, representan derrama económica para la zona.

En la ciudad de México, colonias como: la Condesa, Polanco, Cuauhtémoc, San Rafael, Santa María la Ribera, Coyoacán, Anzures por mencionar algunas, la población foránea cada día es más abundante. En el país, ciudades como Oaxaca, Guanajuato, San Miguel Allende, Guadalajara, por su belleza y tradiciones se han vuelto atractivas para los nómadas digitales.

La brecha de la pobreza se profundiza, el tejido social se modifica, la tradicional convivencia vecinal se desvanece y se vuelve un vecindario amorfo, deshumanizado, anónimo y desvinculado, lo que impacta la solidaridad e identidad del tejido social, pero lo más grave, son los desplazamientos de nativos a los cinturones de miseria por el incremento del costo de las rentas y desde luego del precio de los inmuebles, además se rompen lentamente las tradiciones urbanas. 

La Licenciada Katia Ortega, politóloga universitaria, señala “Los nómadas digitales pagan impuestos —cuando los pagan— en sus lugares de origen o de trabajo, mientras demandan servicios, que sí pagan los nativos con sus impuestos, lo que se vuelve recaudación indirecta y poco benéfica para la ciudad y sus pobladores”. 

Es parte del fenómeno migratorio particularmente derivado de las facilidades del home work (trabajo desde casa) que ha detonado su popularidad.  

Los gobiernos y la sociedad aún no encuentran la manera de canalizar el beneficio de las nuevas tecnologías y la gentrificación hacia los sectores más necesitados.

El gobierno durante los procesos electorales también ha encontrado la manera de que los migrantes tengan facilidad de votar, lo que despierta sospechas de fraude electoral, documentado por las filas de migrantes para cobrar en las sucursales del Bienestar. 

POR EDUARDO SADOT

COLABORADOR

@EDUARDOSADOT

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