COLUMNA INVITADA

¿A ti no te ha ido mal este sexenio?

Por ello, algunos integrantes de estos segmentos pueden ser indiferentes o minimizar los daños que el lopezobradorismo ha provocado en términos democráticos y sociales

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Para una parte de las clases medias y altas, como empresarios, profesionistas con empleos bien remunerados o comerciantes prósperos, este sexenio no ha sido malo. Quizá la mayoría no es afín a López Obrador, pero para muchos su situación económica ha sido estable (incluso ha mejorado, en algunos casos), y no han resentido los peores efectos de las malas decisiones del gobierno.

Por ello, algunos integrantes de estos segmentos pueden ser indiferentes o minimizar los daños que el lopezobradorismo ha provocado en términos democráticos y sociales. Tampoco perciben grandes amenazas en la continuidad.  “No me meto en política, no me afecta. Mientras haya dinero, todo es business as usual”. Dejo seis puntos específicos a consideración de quienes piensan de esta manera.

1. La pérdida del estado de derecho. De poco valdrá tener una empresa o un buen empleo en un país donde el gobierno viola los contratos, las leyes y la misma Constitución a su antojo; donde los tribunales y la Suprema Corte sean impotentes para defender a los ciudadanos del abuso oficial. La certidumbre jurídica es vital para invertir, hacer negocios, ahorrar y tener un patrimonio asegurado. Este gobierno y su candidata tienen como objetivo explícito derribar el sistema judicial autónomo.

2. La ley de los delincuentes. ¿De qué sirve una posición socioeconómica solvente si los criminales imponen derecho de piso y todo tipo de extorciones; gobiernan y sustituyen al Estado en territorios enteros; agreden, secuestran o matan a quienes no acatan sus ordenes? No es un fenómeno aislado, que pasa en lo más recóndito del país, sino una realidad que avanza y afecta a industrias de todo tamaño y giro, a todo segmento social, ante una política de tolerancia deliberada.

3. Caprichos en lugar de reglas. El lopezobradorismo cambia de parecer de acuerdo a su conveniencia político-electoral, no a la racionalidad técnica o económica. La cancelación del aeropuerto es sólo el ejemplo más famoso de innumerables casos en que se toman decisiones de alto impacto bajo criterios ideológicos. Hoy el sector privado no tiene una relación con el público basada en reglas, sino en el capricho cambiante de un proyecto político des-institucionalizado que depende enteramente de voluntarismos. ¿A ese juego fortuito desean continuar apostando en el largo plazo profesionistas, empresarios, emprendedores? ¿Les parece viable?

4. Fusión de los ámbitos civil y militar. Ningún grado de estatus socioeconómico exentará a ningún ciudadano de las consecuencias, en forma de posibles abusos y ausencia de instancias para defenderse, que en todo el mundo ha implicado la sustitución de la autoridad civil por la castrense. En México logramos una separación institucional funcional, que no vale la pena comprometer.

5. La supuesta ortodoxia económica es falsa. Entre los subsidios indefinidos a PEMEX y las mega obras; el gasto creciente y permanente en transferencias; el aumento de deuda sin mayor recaudación, lejos de ser “conservador fiscal”, como algunos decían para tranquilizarse, el lopezobradorismo está creando condiciones de inviabilidad financiera en el mediano plazo.

6. Si el golpe democrático se completa (someter al INE, cambios legales para disminuir la pluralidad en los congresos, etc.), el problema ya no será sólo tener un gobierno incompetente, sino uno plenamente autoritario, y haber perdido los mecanismos institucionales para cambiarlo.

El enorme daño que el lopezobradorismo ha hecho a México debiera ser razón ética suficiente para rechazarlo. Pero si faltaran razones pragmáticas, quienes aún no han padecido sus consecuencias deben valorar si los volátiles beneficios de corto plazo, como una engañosa estabilidad económica, alcanzan para pagar el ominoso futuro social y político que implicaría su continuidad.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE

COLABORADOR

@GUILLERMOLERDO

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