El estreno de la nueva película de Yorgos Lanthimos, Poor Things, ha causado revuelo recientemente por la visceralidad con la que muestra la liberación sexual de su protagonista femenina.
Sin embargo, este revuelo general pone de relieve la persistencia de un sistema patriarcal acostumbrado a condenar e incomodarse ante mujeres expresando sus deseos sin represión, compartiendo sus pensamientos sin reservas y explorando su sexualidad con libertad.
La película cuenta la historia de Bella Baxter, una mujer embarazada que se suicida para escapar de un matrimonio violento, pero que es revivida con el cerebro de su hija nonata por un científico poco ortodoxo.
A medida que avanza la película, Bella Baxter experimenta un crecimiento personal mientras aprende a navegar en un entorno victoriano marcado por la represión sexual, las normas de comportamiento, la desigualdad y la injusticia social.
A lo largo de la película, Bella Baxter se enfrenta a hombres como Goodwin Baxter, Max McCandles y Duncan Wedderburn, quiénes se aprovechan de su inocencia y la observan meramente como objeto de estudio, objeto de deseo u objeto de placer, respectivamente.
Ahora bien, hay que resaltar que esta representación de personajes femeninos inocentes y sexualizados por la mirada masculina no es nueva en el cine. Por ejemplo, personajes como Leeloo de El Quinto Elemento o Quorra de Tron, también fueron retratados en el pasado como objetos sexualizados, estudiados o idealizados por su inocencia, como bien identificó Jonathan McIntosh en un video-ensayo del 2017.
Sin embargo, a diferencia de personajes femeninos e inocentes que terminan delegando su independencia para adaptarse a los marcos morales impuestos por hombres en lugares de poder, el personaje de Bella Baxter muestra una resistencia inusitada.
Mientras la inocencia de otros personajes femeninos suele utilizarse para exaltar la supuesta superioridad de los personajes masculinos en distintas obras cinematográficas, la inocencia particular que nos presenta Lanthimos representada en Bella Baxter le permite acercarse a estos mecanismos de control con la curiosidad inocente de un sujeto que está experimentando los marcos morales por primera vez en su vida y que aún no teme cuestionarlos, ni mucho menos resistirse a ellos.
Con esta obra cinematográfica, Yorgos Lanthimos demuestra que el mundo en el que vivimos actualmente no se distingue lo suficiente de aquel en el que crece y evoluciona Bella Baxter: un mundo donde las mujeres independendientes, inteligentes y liberadas sexualmente suelen provocar el enojo colectivo de un patriarcado acostumbrado a oprimirlas, insultarlas y atacarlas simplemente por expresarse fuera del marco normativo delimitado por ellos mismos.
A diferencia de otros arquetipos femeninos que terminan adoptando los roles impuestos por el sistema patriarcal, el personaje de Bella Baxter se convierte en un símbolo de empoderamiento al volverse dueña de su mente, su cuerpo y su destino a pesar de todos los agentes de la masculinidad que intentan impedirlo en el camino.
Más allá de esto, Poor Things demuestra que las mujeres fuertes, inteligentes e independientes de hoy en día siguen siendo un arma eficaz en contra del sistema opresor que busca controlar el conocimiento, oprimir la autonomía y reprimir la sexualidad.
Como sugiere la película, quizá la mejor manera de resistir el poder que ejercen sobre nosotros estos marcos morales es acercarnos a ellos con el asombro de un infante que los está experimentando por primera vez y que no tiene miedo a preguntar su razón de ser.
POR TOMÁS LUJAMBIO
EEZ