COLUMNA INVITADA

La estrategia de campaña

Gran parte del éxito de la campaña depende de un orden que permita al candidato ser solo ser candidato y lleve al equipo a una nueva realidad.

OPINIÓN

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Marlene Mizrahi / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La campaña electoral obliga a un cambio en el día a día del candidato, sus colaboradores y de quienes vivimos en el territorio donde habrá votaciones.

Se trata de un periodo que me recuerda a la novela “El señor de las moscas”. William Golding cuenta la historia de unos niños que quedan varados en una isla desierta, sin la supervisión de adultos y, con la esperanza de ser rescatados, intentan establecer una sociedad civilizada, eligiendo a un líder y con reglas para mantener el orden.

En el caso de la contienda electoral, quienes forman parte del equipo del candidato, también deben instaurar una pequeña civilización. Una que permita que su líder natural se dedique, principalmente, a transmitir confianza a sus posibles votantes.

Gran parte de su éxito depende de esto último y es algo que difícilmente sucede.

Como rostros y líderes de su campaña, es común que los aspirantes a un puesto público busquen tenerla bajo su control. De ahí que se vean tentados a ocupar varios cargos y tomar muchas decisiones.

Aunque suelen tener la capacidad de hacerlo, es primordial que su energía y tiempo se limite a ciertas acciones internas y externas.

Hacia afuera, deben dar la imagen de que dominan la información en entrevistas, conferencias y reuniones con personas clave. Asimismo, es fundamental que tengan contacto directo con la gente en territorio.

Hacia dentro, su tarea es elegir correctamente a las personas con las que trabajarán, posicionarlas en roles correctos, así como expresarles con claridad las metas y objetivos que buscan alcanzar. Ya comenzada la contienda, es importante que estén presentes de manera recurrente en reuniones y reconozcan el trabajo realizado.

En conjunto, esto significa “ser solo candidatos”.

Ahora, para que los candidatos se sientan con esa libertad y puedan transmitir seguridad a electores potenciales, es necesario que elijan a gente en la que puedan confiar. El cargo más importante es el del coordinador general de campaña, pues éste hace la estrategia realidad.

Ello significa que la coordinación operativa, al igual que el War Room (o cuarto de guerra), el comité de financiamiento, la coordinación de finanzas, la secretaría de información, la coordinación de comunicaciones y los asesores externos, le reportan resultados.

Cada una de estas áreas tiene objetivos distintos y todas necesitan una organización clara y precisa. Mientras más concretas sean las obligaciones de cada miembro, mejor será su desempeño.

El 2 de junio se votará por más de 20,000 cargos. Esto se traduce en un mínimo de 40,000 equipos que buscan que su plan conduzca al líder a la boleta electoral, con posibilidad de ganar. Uno que los salve y lleve a una nueva realidad. Requieren para ello una combinación de orden, estrategia y confianza.

Twitter: @marlenemizrahi