La audacia ha sido una de las características del liderazgo de López Obrador. Y aunque ya había anunciado que presentaría una serie de reformas antes de terminar su mandato, la amplitud y variedad de temas abordados en las veinte iniciativas de reforma, lograron cimbrar el espacio político.
En el actual contexto electoral, las reformas presentadas condicionarán la discusión pública y representan un desafío para la cohesión de la oposición. La toma de postura será ineludible y habrá que ver si el PAN y el PRI logran sostener una postura unificada.
Movimiento Ciudadano goza de un mayor margen de acción. Su posición, crítica respecto al gobierno federal, pero también respecto a la “vieja política” del PRI y el PAN, lo vuelven un interesante comodín en la dinámica legislativa. A esto se le suma la ruptura del llamando “muro de contención” anunciada por Dante Delegado luego de acusar traición por el bloqueo orquestado en Nuevo León por el PRI y el PAN y que terminó con el sueño presidencial de Samuel García.
En efecto, el conjunto de la oposición había establecido una alianza legislativa para bloquear las iniciativas del ejecutivo federal. Sin embargo, después de lo ocurrido en Nuevo León, habrá que ver cuánta voluntad de coordinación quedó en el partido naranja.
A este panorama se le agrega otro factor, esta vez en el fuero interno. Apenas unos días después de que Claudia Sheinbaum presentara su plataforma electoral, las iniciativas de reforma marcan también una agenda transexenal que le obligará a realizar algunos ajustes en su campaña.
De entrada, Sheinbaum ya expresó su apoyo a las propuestas del presidente, mismas que le ofrecen la oportunidad para arrinconar a una alicaída oposición. Lo apretado de los tiempos hacen posible que el tratamiento legislativo de las reformas quede para la nueva legislatura, misma que seguramente expresará otra relación de fuerzas, producto de los resultados electorales.
Ya consagrada como presidenta de México, Claudia Sheinbaum y la nueva camada de legisladores partidarios de la 4T, podrán introducir cambios para que las reformas sintonicen con su propio proyecto.
En un plano más estructural, los cambios propuestos buscan profundizar la ruptura con el modelo neoliberal, en particular respecto al papel del Estado. Las nuevas obligaciones que traen consigo los derechos consagrados en estas propuestas, vuelven a poner sobre la mesa una eventual reforma impositiva. Difícil que se discuta en este contexto electoral, todo parece indicar que le tocará a Claudia Sheinbaum asegurar la sustentabilidad financiera del nuevo Estado social mexicano.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ
@ADRIANVR7
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