TRES EN RAYA

El fenómeno Bukele: de la democracia a la dictadura

Si a Hitler lo hubieran matado en 1938, probablemente hubiera pasado a la historia

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si a Hitler lo hubieran matado en 1938, probablemente hubiera pasado a la historia como un gran político cuya carrera se había cercenado. Pero el “hubiera” no existe y lo único que, siempre, se necesita es tiempo y oportunidad para que quien tiene anidado en su corazón a un dictador se convierta en uno.

No se olvide, Hitler tomó a la Alemania rota, con una economía hecha añicos y en pocos años la sacó del marasmo. Pero el costo que la humanidad pagó por la falsa ilusión de una persona que se engolosinó con el poder al punto del delirio se midió en millones de muertes.

Hoy muchos celebran, bajo el argumento de que logró poner a raya la violencia en su país, que Nayib Bukele haya violado la Constitución de El Salvador, la cual establece que no es posible la reelección.

Y sí, se puede aplaudir que Bukele no permitió poner a su pueblo en manos del crimen organizado (en ese país hay cero tolerancia al crimen) como sí lo ha hecho López Obrador en México con su estrategia de “abrazos no balazos”. Pero ello no quita que en El Salvador el autoritarismo no sólo ha echado raíces si no ya empieza a dar frutos.

A Bukele nada le importó la Constitución de El Salvador e impulsó reglas que borraron a la oposición de la política nacional. Luego, con el control absoluto de la Asamblea Legislativa, destituyó a los magistrados y nombró a nuevos jueces que le apoyaron en su postulación. Al final obtuvo el triunfo con un 85% de la votación.

Gobiernos de países de muy diversas ideologías se apresuraron a felicitarlo: Estados Unidos, China, México, Argentina, etcétera.

Quien no lo felicitó fue Gustavo Petro, presidente de Colombia; no tanto porque condene la forma en que Bukele se hizo del poder nuevamente, sino por la burla que este último le propinó vía “X” cuando Petro se lamentó de que Javier Milei hubiera ganado la Presidencia argentina...

Bukele redujo la violencia, sí. Igual que ahora construye una dictadura. Romper el orden constitucional para permanecer en el poder es antidemocrático. Y en México la tentación de los críticos al régimen lopezobradorista ha sido grande en apoyar lo que Bukele ha hecho. Gran error.

No debemos ver lo que es ilegal como tolerable sólo porque se adecúa a nuestra ideología u orientación política. El contener al crimen organizado no es motivo ni justificante para perpetuarse en el poder. Impresiona que la gente esté dispuesta a ceder libertades y derechos con tal de tener un gobierno que haga frente a la inseguridad.

Es terrible e impactante que la percepción sobre la democracia se contraponga a la percepción con respecto a la seguridad. El crecimiento de los regímenes autocráticos, de los gobernantes autoritarios y populistas en diversas partes del orbe, hace evidente que hay un creciente número de personas que favorecen mayores restricciones a costa de sacrificar sus libertades.

¡Qué bien que Bukele haya reducido la inseguridad y la violencia, pero le debía haber tocado a otro seguir con esa tarea y con esos logros! Los primeros asomos de autoritarismo ya están a la vista de todos y, en lugar de señalarle su nulo talante democrático, los países y ciudadanos de otras latitudes, le aplauden. Una pena.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

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