OMNIA

AMLO: Hoja de ruta

El 5 de febrero, aniversario de la Constitución, el presidente Andrés Manuel López Obrador

OPINIÓN

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Eduardo R. Huchim / Omnia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 5 de febrero, aniversario de la Constitución, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso de la Unión 20 iniciativas que constituyen -por su número y contenido- la propuesta de mayor trascendencia en lo que va de este siglo.

Situados en una posición de frivolidad política, hay quienes descalifican el paquete de iniciativas presentadas en el Recinto Parlamentario de Palacio Nacional y que, independientemente de su destino incierto, atañe e involucra a los tres poderes de la Unión.

Esas descalificaciones obedecen a que no se ha terminado de comprender que el proceso reformista de AMLO apenas ha comenzado porque su objetivo no fue la sola conquista del poder, sino ha sido y es realizar un verdadero cambio de régimen. Es decir, una reforma profunda de prioridades, instituciones, maneras de hacer política, interacción entre poderes, relaciones con el sector privado…

Ha escrito Lorenzo Meyer sobre AMLO y Morena: “… la mera toma del mando del aparato de gobierno nunca fue el propósito final, sino apenas el punto de partida para lograr un objetivo mucho más ambicioso y disruptivo: modificar la naturaleza del sistema político… empezar la demolición del viejo régimen e iniciar la construcción de otro” (El Universal, 28/01/24).

Continuar esa demolición y esa construcción constituye el leitmotiv, el motor que mueve al conjunto de 20 iniciativas, 18 de ellas constitucionales. ¿Por qué presentarlas hasta ahora? Aparte de que algunas ya habían sido presentadas y rechazadas, AMLO tiene la clara intención de enfrentar a la oposición con el electorado y hacerle pagar en las urnas el costo de su eventual rechazo a reformas que manifiestamente tienen respaldo popular. La estrategia puede tener éxito e incluso el discurso opositor del “no pasarán” ya no está vigente, al menos para una parte de las propuestas. 

Resulta erróneo situar en el ámbito exclusivamente electoral el origen de las 20 iniciativas. AMLO es un mandatario atípico y entre sus atipicidades está el tramo final de su sexenio. Contrario a lo usual que era casi un inmovilismo, ahora el presidente ofrece una trepidante etapa final de su período gubernamental, a sabiendas de que Morena y sus aliados no poseen los votos suficientes en el actual Congreso para aprobar reformas constitucionales, pero aspiran a sí tenerlos en el próximo.

Para ciertos opositores y críticos del gobierno, el presidente pretende imponerle una camisa de fuerza a Claudia Sheinbaum. Ayer se decía que AMLO intentaría reelegirse y hoy, ante lo fallido del pronóstico, se habla de que intenta un maximato. En realidad, lo que el presidente hace es respaldar y contribuir al éxito político y social de Sheinbaum, por supuesto en el caso de que su triunfo electoral se materialice. No hay imposición. La candidata presidencial morenista comparte con AMLO principios, valores y criterios político-sociales y seguramente agradece el legado político que encierran las iniciativas, que son también hoja de ruta para el próximo sexenio.

Plus online: Los plurinominales

Es previsible que las reformas constitucionales propuestas por AMLO tendrán destinos diferentes. La oposición simpatiza con algunas -como las de pensiones y el salario mínimo-, pero rechaza la mayoría, entre ellas la desaparición de varios órganos autónomos y la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros.

También rechaza la reducción del número de diputados y senadores y la desaparición de los legisladores plurinominales o de representación proporcional, tanto en el Congreso federal como en los estatales.

En su momento, saludé con entusiasmo el contenido del Plan A de reforma político-electoral, que postulaba no la desaparición de los legisladores de representación proporcional (RP), sino la conversión de todos en RP, lo cual implicaba la desaparición -esa sí- de diputados y senadores de mayoría relativa (MR). Era también una vía a la posibilidad de lograr mayor equidad en los órganos legislativos bajo fórmulas de proporcionalidad pura.

Aquella iniciativa presidencial fue rechazada en mala hora en el Congreso, principalmente porque postulaba la reducción drástica del financiamiento público a los partidos.

En el nuevo paquete de reformas de AMLO, ya no se propone la elección de todos los legisladores por la vía de representación proporcional, sino sólo la desaparición de los 200 de RP también llamados plurinominales. Es una mala idea esta desaparición porque restringe la pluralidad legislativa. Es un tema cuya importancia reclama abordarlo posteriormente.

POR EDUARDO R. HUCHIM

COLABORADOR

@EDUARDORHUCHIM

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