MALOS MODOS

El señuelo de Xóchitl

El único problema, ciertamente menor y ciertamente predecible, es, insisto, que el oficialismo se puso de veras cursi, oooootra vez

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Yo lo del señuelo sí se lo reprocho a Xóchitl Gálvez, aunque solo por una razón: trajo una epidemia de ñoñería. Dios mío, lo cursis que se ponen en la chairosfera cada que se las aplican.

Lo solemnotes. La maniobra fue impecable. Al oficialismo le desmontaron el tinglado de porros en los Estados Unidos, con eso de la Xóchitl que no era Xóchitl y con que se fueron a perseguir a la falsa Xóchitl a lo güey, y lo hicieron con picardía, sin exaltarse, sin gastar ni mucho dinero ni muchas energías, y poniendo de buen humor aunque sea durante un ratito, por lo tanto, a muchos de los muchos ciudadanos que no comulgan con el obradorismo.

Pero no solo fue impecable por eso. Lo fue también, perdonarán la expresión horrenda, por el timing.

Primero, fue la puntilla a una semana de terror para el Presidente, una semana que en realidad son ya unas cuantas.

Va de nuevo: no logró apagar el ruido en torno a la presunta corrupción de sus hijos ni con la volada de lo de Colosio, que no pegó y más bien se convirtió en carne de carrilla y pasto de meme; le cayó encima lo del “narcopresidente”, por los presuntos dineros aportados por el crimen organizado; le echaron para atrás lo de la reforma eléctrica, y luego vino el oso con los audios de Sanjuana —es que quién les manda, carnales, me cae—.

Enseguida, el timing es bueno porque da la sensación de que el bloque opositor, tarde, aunque no sabemos si demasiado tarde, en una de esas ha aprendido a desactivar la retórica presidencial. Más o menos al mismo tiempo, en vez de engancharse con lo del paquete de reformas, se serenaron y dijeron: “Venga la de pensiones. Por el pueblo, todo. Ponga los números en la mesa, Presidente. ¿De dónde sale el dinero?”.

El oficialismo marrullero ha tratado de decorar ese contraataque como el resultado de otra muestra de la manera genial de jugar al ajedrez político de ese Karpov de Tepetitán que nos gobierna, pero evidentemente no fue así.

El único problema, ciertamente menor y ciertamente predecible, es, insisto, que el oficialismo se puso de veras cursi, oooootra vez. Dios mío, qué aburrimiento. Que Xóchitl le saca la vuelta al pueblo, dicen.

Que qué diferencia con el Presidente que adora a sus hijos y se mezcla con ellos a mordiscos cacheteros y tlayudas —y al que recibieron con un sonoro “Fuera” en su tierra, no lo olvidemos; vaya semanita, les digo—. Hasta dijeron que les recordó lo de Calderón sorteando el bloqueo en la cámara cuando el fraude, pinches ilegítimos. Pero todos sabemos que nada de eso cuela.

Estimada chairiza: se las aplicaron. Xóchitl y su equipo le dieron la vuelta a un piquete de provocadores, igual que Calderón le dio la vuelta a un piquete de golpistas en 2006, el año en que no hubo fraude electoral. Estuvo espectacular. Nos reímos como locos. No se me enrabieten.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

JULIOPATAN0909@GMAIL.COM

@JULIOPATAN09

EEZ