DEFINICIONES

CDMX: se asoma una catástrofe

22 millones de personas que viven en el Valle de México se quedarían sin agua en unos meses, mientras avanza el proceso electoral 2024. Vaya coctel

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Ciudad de México se queda sin agua. La situación es crítica y se agrava cada vez más.

La capital enfrenta una crisis en el suministro de agua sin precedentes, resultado de varios factores. Unos, responsabilidad de los gobiernos, otros, producto del cambio climático.

Las autoridades no han invertido lo suficiente, y la infraestructura es antigua, obsoleta e ineficiente. La sequía también ha hecho lo suyo: 2023 ha sido el año más seco en todos los registros, según el Servicio Meteorológico.

Estamos en la antesala de una emergencia; en el último aviso de lo que puede ser una catástrofe, anunciada hace mucho por una mala planeación en el crecimiento de la ciudad y la sobreexplotación de los acuíferos

Los años secos se acumulan. 2021, 2022 y 2023 ha llovido en el país la mitad de lo que solía llover.

En el Valle de México, por ejemplo, las presas debían cerrar el año al 80% de su capacidad, pero lo hicieron apenas por encima del 38%.

Estamos en el arranque del estiaje, y las presas están a la mitad de su capacidad. Y no habrá lluvia hasta mayo o junio, cuando quizá sea demasiado tarde. Antes, en abril, podría no haber agua en el sistema Cutzamala, uno de los dos que abastecen a la capital.

La viabilidad de la CDMX está en riesgo. No es exagerado, pues, que las autoridades valoren emitir, cuanto antes, una declaratoria de desastre. Voces de académicos y expertos apuntan en esa dirección. ¿Por qué?

La sequía extrema del año pasado, me explican, amerita la declaratoria de la secretaría de Gobernación. Hoy por hoy no hay dinero suficiente ni en el Sistema de aguas, ni en el gobierno central, mucho menos en las alcaldías. Urgen recursos.

La sequía extrema del año pasado es un desastre natural; así lo dijo el Servicio Meteorológico en su monitoreo de sequía.

Sería una obligación emitir la declaratoria. ¿por qué no la emiten? ¿no hay dinero?

Se requiere una solución urgente en el corto plazo, y pensar también en el mediano y largo: modernizar la red para evitar fugas; cuidado del agua (se pierde de manera irracional); necesitamos más fuentes de abastecimiento (ampliar Cutzamala), traer agua de otros lados (Hidalgo, por ejemplo); captar más agua de lluvia en presas.

Se requiere perforar y rehabilitar pozos; comprar maquinaria.

Las autoridades tendrían que estar en alarma por los bajos niveles en las presas en el sistema Cutzamala, pero, sobre todo, porque eso es botón de muestra de algo más grave: el acuífero está peor. La Ciudad está extrayendo agua a 400 metros de profundidad. Hemos destruido las zonas de recarga: bosques, áreas verdes y laderas. No hay recarga. Estamos sobre extrayendo agua

22 millones de personas que confluyen en el Valle de México están por quedarse sin agua en los próximos meses. Hay que cambiar radicalmente las políticas.

Está es la crisis más urgente para la CDMX.

Las fuentes de abastecimiento, tanto el Cutzamala, que tiene 28 años, como Lerma, con 75 años de servicio, se desgastaron

La pregunta es, ¿quién en el gobierno se atreverá a reconocer la gravedad de la escasez, y tomar medidas para sortearla a contrarreloj? Nos encontramos en la antesala de la emergencia. Y por si algo faltara, la crisis por falta de agua acompañará el proceso electoral 2024. Vaya coctel.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM        

@MLOPEZSANMARTIN

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