El pasado 28 de enero, María Ángela Holguín Cuéllar, enviada personal del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, llegó a Chipre con la esperanza de reavivar las estancadas conversaciones sobre la división de la isla.
Con una vasta experiencia en asuntos internacionales, Holguín se ha embarcado en esta misión con el objetivo de buscar un terreno común para reiniciar las negociaciones. Esta es su primera visita desde el anuncio de su mandato a principios de enero.
El contexto histórico del conflicto chipriota es fundamental para comprender la complejidad de la situación. Tras la invasión turca en 1974, la isla ha estado dividida en dos partes: la República de Chipre, en el sur, y la República Turca del Norte de Chipre (RTNC), reconocida sólo por Turquía. Los intentos de reconciliación han sido infructuosos, y las conversaciones de paz han fallado en repetidas ocasiones.
Uno de los principales desafíos para alcanzar una solución duradera en Chipre es la divergencia de visiones entre las partes involucradas. Mientras que los grecochipriotas abogan por una federación que garantice la unidad de la isla, los turcochipriotas y Turquía insisten en un acuerdo de dos estados que reconozca la soberanía de la RTNC. Esta discrepancia fundamental ha obstaculizado cualquier intento de avance significativo en las negociaciones.
La llegada de Holguín a Chipre ofrece una nueva oportunidad para reevaluar el enfoque hacia la resolución del conflicto. Su disposición en escuchar a todas las partes, incluidos líderes políticos, grupos de la sociedad civil y ciudadanos comunes, refleja una comprensión profunda de la importancia de la inclusión y el diálogo para superar las divisiones arraigadas.
Por su parte, el martes 30 de enero, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró el nombramiento de María Ángela Holguín Cuéllar y aprobó la extensión del mandato de la Misión de Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP), que lleva casi seis décadas en la isla, por otro año. Este acontecimiento es un avance positivo que resalta el compromiso constante de la comunidad internacional con la paz y la estabilidad en Chipre.
Es esencial reconocer que cualquier avance hacia la reunificación exigirá concesiones significativas tanto de la República de Chipre como de la no reconocida parte turcochipriota, lo que hace que la tarea de Holguín sea sumamente desafiante, especialmente dada la creciente brecha entre ellas en los últimos años.
No obstante, su experiencia y determinación ofrecen una esperanza renovada para avanzar hacia una solución que beneficie a todas las comunidades en Chipre y contribuya a la estabilidad en la región.
El éxito de estos esfuerzos estará determinado por la voluntad política y la disposición al compromiso de todas las partes involucradas.
Por Maria Luisa Calero
Catedrática y Titular de la Cátedra A.G. Leventis en Estudios de Chipre, Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac. @CATEDRACHIPRE
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