El domingo 4 de febrero se conmemoró el Día Mundial Contra el Cáncer, tomando esta fecha de referencia abordaré cómo afecta esta enfermedad a nuestra población infantil.
En México, el cáncer es la primera causa de muerte en infantes entre 5 y 14 años, al año se diagnostican entre 5 mil y 6 mil nuevos casos; los tipos de cáncer más frecuentes son leucemia, tumores malignos en el área del cerebro o sistema nervioso y linfoma no Hodgkin. Los estados donde más casos se presentan son: Durango, Colima, Aguascalientes, Sinaloa y Tabasco.
De cada 10 infantes con cáncer, solo sobreviven 5, mientras que en Estados Unidos y Japón sobreviven hasta de 8 a 9 niños, eso se debe de manera principal al diagnóstico tardío de la enfermedad, la demora en acceder al tratamiento y el abandono del mismo por falta de recursos, que es mayor en los casos foráneos, pues es en la Ciudad de México donde se concentran los mejores hospitales.
Ahora hagamos un acercamiento a esta realidad a través del caso de Ángel, quien fue diagnosticado a los 3 años de edad. Su mamá, Lolis, empezó a notar que Ángel pasó de ser un niño alegre, sonriente a estar triste, cansado y estresado, además de padecer infecciones recurrentes y temperatura, padecimientos que no podían ser curados con antibióticos. Lolis no se conformó con los diagnósticos que le daban hasta que fue remitida a un hospital de alta especialidad en donde detectaron el cáncer.
Ángel recibió quimioterapia, pero no tenía progreso, los especialistas sugirieron un trasplante de médula ósea, tratamiento impagable para su familia, pues tiene un costo de 1 millón y medio de pesos o más. Los médicos contactaron a Lolis con Aquí Nadie Se Rinde, fundación que absorbió los gastos del tratamiento y han estado mano a mano en su recuperación y desarrollo en general.
Han pasado 3 años desde que se llevó a cabo el trasplante de médula ósea, que los especialistas califican “como un éxito”. Ángel volvió a ser ese pequeñín sonriente en la actualidad tiene 8 años y se encuentra estable, libre de cáncer.
Hay varios puntos a retomar en esta historia, el primero, la atención de la mamá de Ángel, el hecho de detectar que su hijo no estaba bien y la búsqueda de un diagnóstico convincente. El segundo, la red de apoyo dentro del mismo hospital, que brindan opciones para las familias en situación de vulnerabilidad económica al ponerlos en contacto con fundiciones. El tercero, el compromiso de Aquí Nadie se Rinde por sacar adelante a las y los niños que atienden no solo a nivel salud, sino su desarrollo integral, pues les brindan educación y actividades extracurriculares para evitar que su vida se frene por el cáncer.
La salvar una vida requiere trabajo en equipo entre especialistas, instituciones públicas, familiares, el propio paciente, fundaciones, medios de comunicación en el que cada quien hace lo que le corresponde y un poco más.
El cáncer infantil no se puede prevenir, pero podemos disminuir factores de riesgo a través de una vida saludable. Lo más importante es estar alerta de cualquier síntoma recurrente como temperaturas, pérdida de peso ante la misma ingesta de alimentos, cambios de humor repentinos y agotamiento, etc.
Si conoces a una familia que esté viviendo un caso de cáncer infantil infórmales de Aquí Nadie Se Rinde, también puedes unirte al equipo que salva vidas. Entra a: https://aquinadieserinde.org.mx/
POR DULCE GALINDO VILLA
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