COLUMNA INVITADA

Rumbo a un 8M histórico

Este 8 de marzo marchamos para seguir exigiendo por las problemáticas que nos aquejan a las mujeres mexicanas, pero también marchamos para exigir a las candidatas y candidato a la presidencia que seamos prioridad no solo en sus propuestas de campaña

OPINIÓN

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Flor Aydeé Rodríguez Campos / El Heraldo de México / Columna invitadaCréditos: Heraldo Media Group

Está por llegar el Día Internacional de la Mujer y con ello las manifestaciones alrededor del mundo, pero para México representa una marcha histórica. Año con año miles de mujeres niñas y adolescentes salen a tomar las calles de la Ciudad de México, el resto de las ciudades de República Mexicana y sus periferias para protestar contra la violencia de género, el aumento de los feminicidios, la falta de acceso a la justicia y la impunidad, pero este año representa un antes y un después para las mujeres mexicanas. 

Son incontables los cuestionamientos respecto a la marcha, que ¿por qué marchamos y no festejamos? La respuesta es simple, no podemos celebrar que miles de mujeres a lo largo de la historia hayan perdido la vida para conquistar los derechos que actualmente gozamos, la intención es reivindicar y visibilizar la lucha de todas aquellas mujeres que buscaron un mejor presente y futuro para todas. 

Históricamente el representante del ejecutivo ha sido representado en nuestro país por la figura de un hombre y cuando marchamos le exigimos principalmente al poder ejecutivo atención y respuesta a nuestras demandas. 

El 2024 es un año de elecciones presidenciales y la probabilidad de que México tenga una Presidenta es muy grande pues, las dos candidatas propuestas por Morena y la alianza del PRI, PAN y PRD tienen mayor preferencia que el candidato propuesto por Movimiento Ciudadano.

Hecho que me hace plantear la posibilidad de que el próximo 8 de marzo del 2025 las mujeres marchemos exigiendo nuestras demandas a un poder ejecutivo representado por una mujer, quien tendrá sólo unos meses para demostrar a las mujeres que hayan depositado la confianza y su voto en ella que hay esperanza para cambiar nuestra realidad.

Esperanza es la palabra que mejor define el panorama que visualizamos las mujeres teniendo una Presidenta por primera vez en la historia política de México. Sin duda las expectativas y los retos son enormes porque si bien es cierto que ser mujer no nos da la conciencia sobre las necesidades de nuestro género, hay esperanza y no hablo de un color o un partido sino desde lo que ambas candidatas han dejado ver sobre sus propuestas y agenda en dónde se supone que las mujeres y nuestras causas somos prioridad.

La pregunta adecuada ante este panorama no es si ¿México está preparado para tener a una mujer Presidenta?, la pregunta y la respuesta están muy superadas y resultaría ofensivo plantearla. La ONU respalda el hecho de que las mujeres tienden a gobernar con firmeza, liderazgo, elocuencia y empatía pues, se demostró que durante la pandemia por la COVID 19 a pesar de que las mandatarias a nivel mundial no llegaban ni al 10% de las presidencias, impulsaron políticas con sensibilidad y capacidad de respuesta que llevo a sus países como Noruega, Alemania, Nueva Zelanda, Finlandia, Dinamarca, Islandia y Taiwán a combatir mejor la pandemia.

La pregunta adecuada entonces sería, ¿Cuál es el elemento diferenciador en las propuestas de las candidatas mujeres y el candidato hombre que va más allá del género? Una investigación realizada por el Massachusetts Institute of Technology señala que las mujeres electas para gobernar invierten más en los bienes públicos, es decir en aquellos destinados a la prestación de servicios de salud y asuntos públicos estrechamente vinculados a las preocupaciones más relevantes para las mujeres. Todo esto ha sido avalado con cifras que indican que los países gobernados por mujeres forman parte de los gobiernos con mayor presupuesto público de salud per cápita.

Este 8 de marzo marchamos para seguir exigiendo por las problemáticas que nos aquejan a las mujeres mexicanas, pero también marchamos para exigir a las candidatas y candidato a la presidencia que seamos prioridad no solo en sus propuestas de campaña sino en sus gobiernos futuros, que no seamos reprimidas ni violentadas desde ningún espacio y dejar en claro que el movimiento feminista no es bandera ni escalón de ningún partido político.

El feminismo sigue siendo el único movimiento político y social que genera cambios y revoluciona al mundo. Si vas a marchar este próximo 8M no olvides que tu voz importa.

Por Flor Aydeé Rodríguez Campos

Abogada y activista por los derechos de las mujeres

X: @flor_repara

IG: @flor_repara

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