DESDE AFUERA

Potencias en entredicho

Cuando Rusia decidió invadir Ucrania en febrero de 2022, no sólo se metió en un pantano del que no ha salido, pero provocó que Suecia y Finlandia, dos naciones en su frontera noreste, pidieran su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

De acuerdo con las leyes de la física y de la política, a toda acción sigue una reacción.

Rusia y Estados Unidos, dos adversarios históricos, están en vías de comprobarlo.

Cuando Rusia decidió invadir Ucrania en febrero de 2022, no sólo se metió en un pantano del que no ha salido, pero provocó que Suecia y Finlandia, dos naciones en su frontera noreste, pidieran su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Uno de los pretextos alegados por el gobierno ruso para invadir Ucrania fue precisamente evitar que la OTAN, una alianza militar encabezada por Estados Unidos, se instalara en un país fronterizo –que ya lo estaban en los tres países bálticos más Polonia y Noruega–.

Pero tres meses después, Finlandia y Suecia, que se mantuvieron neutrales durante la Guerra Fría (1948 a 1990), pedían su acceso a la OTAN. Finlandia fue aprobada el año pasado y el acceso de Suecia ocurre esta semana, luego de que el Parlamento húngaro votara en favor.

Bien podría decirse que, por ahora, Rusia el mayor perdedor en el juego geopolítico. Si no por otra cosa, porque advirtió repetidamente a ambos países contra su adhesión y, de acuerdo con reportes de prensa, hizo algunos movimientos: la embajada rusa en Estocolmo informó que Suecia sería "un objetivo legítimo de las medidas de represalia de Rusia" el año pasado, y Finlandia cerró su frontera con Rusia tras encontrar esfuerzos "sistemáticos" y "organizados" de las autoridades rusas para enviar inmigrantes africanos a territorios finlandeses. 

Con todo, la adhesión de Suecia se produce mientras parece haber incertidumbre sobre el futuro de la OTAN, creada por los rejuegos de política doméstica en Estados Unidos, la nación que auspició su creación al final de la Segunda Guerra Mundial y ahora amenaza incluso con "ahuecarla".

Recientemente, el favorito republicano en la carrera presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que de ser electo abandonaría las garantías de apoyo militar para aquellos países aliados que no dedicasen a defensa al menos 2% de su Producto Interno Bruto e incluso "alentaría" a Rusia a hacer lo que quisiera.

Pero la OTAN es una alianza de defensa mutua donde el peso militar y en especial nuclear de Estados Unidos tiene un papel mayor, y bien podría decirse que la construyeron alrededor suyo y de sus intereses geopolíticos. 

Ahora, el problema es lo que el Ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, dijo a un medio estadounidense: “la credibilidad de su país está en juego".

De hecho, en las últimas semanas Europa ha asumido en buena parte el apoyo económico y militar a Ucrania, y discutido incluso la posibilidad de enviar hombres lo que, según Rusia, haría inevitable un conflicto.

Mientras, Estados Unidos debate un paquete de ayuda bélica por 65 mil millones de dólares presentado en diciembre y condicionado por los republicanos a medidas de dureza en la frontera con México.

La Guerra Fría 2.0 está en marcha.

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 

@CARRENOJOSE

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