COLUMNA INVITADA

Llamado a la cordura

Las últimas dos semanas, todas y todos hemos podido atestiguar el confrontamiento que el New York Times

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las últimas dos semanas, todas y todos hemos podido atestiguar el confrontamiento que el New York Times ha llevado a cabo en contra del Gobierno de México. Se trata, evidentemente, de una campaña mediática lejos del qué hacer periodístico real y ético.

Sin ofrecer pruebas o verificaciones, y de hecho sin contar con ningún elemento de interés periodístico (no existe novedad, el tema está compuesto por una investigación cerrada hace más de una década), dicho diario internacional se ha dedicado a lanzar acusaciones, versiones, dichos y primeras planas vinculando al presidenteLópez Obrador con el narcotráfico.

El elemento clave al analizar la coyuntura no es el tema (hay que reiterar, no existen evidencias ni versiones oficiales ni se trata de un asunto actual), sino el tiempo. Al traer a la conversación pública una investigación de 2006, que se dio por cerrada aún cuando AMLO era opositor, el NYT (y sus socios) buscan desviar el debate político de las campañas electorales que están a punto de iniciar.

No es un tema menor. Los medios de desinformación globales tienen financiamiento, socios y dueños ligados a las grandes empresas transnacionales, y vinculadas a los políticos del viejo régimen en México.

Se tratan de panfletos al servicio de intereses públicos, aunque se disfracen de independientes o neutrales.

Una de las grandes victorias de la Cuarta Transformación ha sido desnudar esa lógica corporativa en los medios de la oligarquía mexicana. Los mismos mecanismos suceden en otros países, cuánto más si hablamos de diarios de circulación e impacto internacional.

Luego de exponer el texto con que la periodista del NYT (no repetiremos en esta columna su nombre) pretendía emplazar al presidente de México, texto que contenía el número telefónico público de dicha periodista, la derecha se sumó abiertamente a la campaña de acoso en contra del gobierno mexicano.

Es importante decirlo nuevamente: el teléfono de la periodista puede encontrarse abiertamente en el sitio web del diario estadounidense. Hacer público el número telefónico de actores privados (como familiares del presidente) que no tienen actividad periodística o gubernamental es un exceso y está fuera de los límites de cualquier contienda política. El acoso que ha hecho la derecha en contra de personajes afines a la 4T pero que no forman parte de las estructuras de gobierno es un paso hacia el abismo.

Por otro lado, diferentes analistas han señalado que los hashtags y tendencias de redes sociales que acusan a Lopez Obrador y a Claudia Sheinbaum de ser parte del crimen organizado, son inflados desde el extranjero. Es decir, se trata también de empresas o actores privados, financiados (vaya a usted a saber con dinero de quién) para golpear la imagen del presidente.

La apuesta de la derecha mexicana e internacional es clara. En el último tramo del sexenio de AMLO, siguen sin poder minar la popularidad, el carisma y la legitimidad del primer gobierno democrático surgido en México desde hace décadas. Ahora, buscan deslegitimar el siguiente proceso electoral, que Morena ganará a todas luces y de calle.

Poco les importa ya no solamente difamar a actores públicos (cosa tristemente normal en la política mexicana), sino que también comienzan a perseguir a personas ajenas al gobierno, por más familiares o simpatizantes que sean del mismo.

Este texto es un llamado a la cordura y al respeto de la soberanía mexicana. La derecha no pasará, ni con las tácticas de terror que implementan. Por otro lado, también quiero abrazar a la familia del presidente, especialmente a su hijo José Ramón, que se ha visto víctima de un fuego cruzado que no debería llegar a su vida personal.

Son tiempos canallas, pero triunfará la Transformación.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

MAAZ