COLUMNA INVITADA

10 años de agresión rusa, 2 años de invasión a gran escala de Ucrania

Durante estos dos últimos años, Ucrania ha vivido un período difícil, demostrando resistencia

OPINIÓN

·
Oksana Dramaretska / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Durante estos dos últimos años, Ucrania ha vivido un período difícil, demostrando resistencia y valor frente a una guerra de agresión a gran escala. A pesar de sufrir importantes pérdidas, Ucrania ha conseguido éxitos significativos en diversos ámbitos: hoy es una nación segura de sí misma frente al invasor ruso.

Ucrania ha obtenido progresos en la estabilización de su economía. Reformas clave, además de la ayuda internacional, contribuyen a estabilizar su moneda, reducir la inflación y atraer nuevas inversiones. A pesar de las ventajas de Rusia en recursos humanos y armamento, Ucrania ha conseguido evitar nuevas pérdidas de territorio y ha logrado mantener el control sobre la mayor parte de sus tierras soberanas.

Los ataques de Rusia dirigidos contra la infraestructura crítica ucraniana durante las dos últimas temporadas invernales no lograron uno de los objetivos principales del Kremlin: hacer colapsar el sistema energético nacional y sumir a Ucrania en el caos. Precisamente, la resistencia de nuestro sistema energético se convirtió en uno de los motores de la recuperación económica en 2023.

Ucrania también ha sabido ganarse el apoyo internacional: ha forjado alianzas estratégicas con países clave de Occidente, dialoga abiertamente con la OTAN y accederá eventualmente a la Unión Europea. El desarrollo activo de relaciones diplomáticas en estos frentes es el camino para establecer una paz justa frente al agresor ruso.

Por ello, no sólo recibimos ayuda diplomática y militar, también ampliamos la cooperación económica y las oportunidades comerciales. Al mismo tiempo, Ucrania ha reforzado considerablemente su propio potencial militar mediante la modernización y los programas mancomunados de formación. Esto le ha permitido proteger mejor sus fronteras y resistir así nuevas agresiones armadas en contra de su gente.

De este modo, Ucrania ha logrado avances significativos en esta desigual guerra: pudo recuperar el 50 por ciento del territorio que Rusia había ocupado y aseguró un corredor para la navegación en el Mar Negro. Nosotros elegimos ser independientes y día a día defendemos nuestra elección.

Hoy, todas y todos los ucranianos —ya sean médicos de combate, profesores universitarios, soldados o diplomáticos— se hacen esta pregunta: ¿qué puedo hacer yo para acelerar la victoria? Ésta es una cuestión importante no sólo para Ucrania y para los ucranianos, sino también para todos nuestros amigos y nuestros socios en el extranjero.

La guerra está más cerca de lo que parece, la guerra es más compleja de lo que parece, la guerra tiene muchas caras: por eso es una amenaza para un orden mundial basado en reglas. Casi diez años de guerra, y no sólo los dos últimos años de agresión a gran escala, son los que le han mostrado esto a la comunidad internacional, de la que México forma parte activa.

No hay que olvidar que esta guerra híbrida en Ucrania se ha convertido en un polígono de propaganda y desinformación que afecta a la comunidad internacional en su conjunto. Los ataques concebidos desde Rusia pretenden distorsionar la verdad y manipular la opinión pública; pero nosotros, junto a todo el mundo, debemos resistir esa campaña de desinformación para promover la verdad y la transparencia. Lo que está en juego es la salud de la democracia a escala global.

Hay mucho más en común entre Ucrania y México de lo que parece. Existen numerosas oportunidades para la cooperación: ambas sociedades comparten un interés común en la promoción de la estabilidad y la paz. Por eso tenemos que explorar nuevas oportunidades para la asociación económica y comercial al tiempo que los intercambios culturales y educativos fortalecen la comprensión mutua entre nuestros pueblos.

Si así lo hacemos, entonces sentaremos las bases para un diálogo que nos permita superar, unidos y fortalecidos, estos tiempos difíciles. Aunque miles de kilómetros nos separan, una es nuestra visión: estamos comprometidos con la justicia, la paz y la libertad.

POR OKSANA DRAMARETSKA

Embajadora de Ucrania en los Estados Unidos Mexicanos

MAAZ