COLUMNA INVITADA

“Pensar la crisis hídrica en colectivo”

Se requieren soluciones colectivas, donde participemos múltiples actores y sectores

OPINIÓN

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Elena Tudela Rivadeneyra / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La crisis hídrica tiene muchas caras y no es un problema nuevo, solo se ha agudizado, visibilizado y extendido. Muchas comunidades viven “días cero” continuamente, a la espera de pipas o de los días de tandeo.  México cuenta con buena disponibilidad de agua en términos nacionales, pero está distribuida de manera geográficamente irregular, con problemas de distribución desigual, contaminación, gestión de concesiones poco transparente y con presupuestos limitados para su operación. Las leyes nacionales que la regulan requieren de actualización y atención urgente para garantizar que sea distribuida sosteniblemente para los distintos usos.

La sequía se extiende hoy a más de 1,500 municipios, y si continuamos ignorando la crisis climática esto solo puede ir a peor. En el caso de la Ciudad de México, mientras más extraemos el agua de pozos no solo reforzamos la actual sobreexplotación del acuífero, sino que agudizamos la subsidencia afectando otros factores urbanos e incrementando las fugas de tuberías. Utilizamos agua potable en el WC y en el riego de jardines. Campos de golf y albercas privadas permanecen sin regular. La agricultura, que representa alrededor del 70% del uso del agua en sequía genera caídas de producción y alzas de costos hasta de un 40% para alimentos como el maíz, el frijol y el azúcar.

El agua lo atraviesa todo. La hemos gestionado de manera poco integral, cortoplacista y tendiendo a asignar responsabilidades individuales, que no serán nunca suficientes. Habrá que restar dependencia en soluciones temporales, como abrir nuevos pozos, trasladando el problema al acuífero e hipotecando su disponibilidad futura o en soluciones infraestructurales monumentales “top-down” puramente ingenieriles o técnicas, como los trasvases que conllevan costos ambientales, sociales y presupuestales desorbitados.

Se requieren urgentemente soluciones colectivas, donde participemos múltiples actores y sectores, altamente locales, que reconozcan las interdependencias de sistemas socio-naturales, y que estén acompañadas de información, comunicación y rendición de cuentas. Restemos presión a los acuíferos y presas para fomentar la cosecha de lluvia y su reutilización, pero de manera colectiva, algo que aún no se implementa suficientemente.

La gota de agua que se precipita en un lugar deberá permanecer lo más posible ahí y su salida al drenaje la última opción. Identifiquemos las zonas con aptitud para la infiltración de agua pluvial a los acuíferos y quitemos el pavimento ahí, favoreciendo áreas verdes con beneficios adicionales microclimáticos y de biodiversidad. Exijamos condiciones justas de acceso al agua para humanos y no-humanos y participemos en ellas colectivamente. Estos esfuerzos serán redituables en múltiples dimensiones y representan nuestra única salida a las crisis multifacéticas actuales. 

POR ELENA TUDELA RIVADENEYRA

MAESTRA EN DISEÑO URBANO DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD GSD, ESPECIALIZADA EN DISEÑO RESILIENTE, ESPACIO PÚBLICO E INFRAESTRUCTURAS DE PAISAJE. PROFESORA DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA, UNAM Y COFUNDADORA DE ORU OFICINA DE RESILIENCIA URBANA.

TWITTER: @ELENATUDELA
 

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