COLUMNA INVITADA

La huelga en el Monte de Piedad, o cómo matar a la gallina de los huevos de oro

Arturo Zayún, el líder charro del sindicato, está ciego ante la urgencia de la situación y se aferra a sus privilegios

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La voraz e irresponsable decisión del sindicato de Nacional Monte de Piedad de generar el estallido de la huelga tendrá un impacto profundo para los 19 mil clientes diarios que acuden a empeñar sus bienes, dejándolos en una real incertidumbre financiera y estrés.

La ceguera y sociopatía del líder del sindicato hace comprensible que en una institución cuya misión es ayudar a los más necesitados, el primero se oponga a cambios urgentes que garanticen la continuidad de la institución, perjudicando a los empleados y los clientes, quienes ven amenazada la fuente de ingresos y la asistencia financiera que el Monte de Piedad les proporciona.

Arturo Zayún, el líder charro del sindicato, parece estar ciego ante la urgencia de la situación y se aferra a sus jugosos privilegios personales en lugar de considerar el bienestar de la institución y sus empleados. Se aferra sin sentido y se niega a adaptarse y aceptar modificaciones al contrato colectivo, poniendo en riesgo la supervivencia del Monte de Piedad y, por ende, los empleos y la seguridad financiera de miles de familias mexicanas.

Según cifras proporcionadas por el director general Javier de la Calle, el impacto de esta huelga es enorme. Tan solo el año pasado se otorgaron más de 7.2 millones de préstamos por un valor de 28.5 mil millones de pesos, lo que evidencia la importancia de Nacional Monte de Piedad como un recurso vital para aquellos en necesidad de liquidez inmediata.

Comparado con los datos de 2022, donde se prestaron más de 30 mil millones de pesos y se otorgaron cerca de 7.8 millones de préstamos, queda claro el rol crucial que desempeña esta institución en la economía de muchos hogares mexicanos, es una cuerda de rescate en momentos de crisis económica.

La huelga ha afectado a los clientes que de por sí enfrentan situaciones difíciles y buscan obtener préstamos, también a quienes tratan de recuperar sus prendas. Y lo absurdo es que quienes más serán afectados son los propios trabajadores.

A diferencia de empresas tradicionales, esta es una institución de asistencia privada, no tiene accionistas, es decir esos gordos empresarios explotando a los buenos y nobles trabajadores. La propuesta de modificación del contrato colectivo no va en beneficio de esos inversionistas o dueños, los beneficiarios son clientes y empleados.

Como todo lo que ha sucedido desde 2018 en nuestro país, usando la retórica populista de “primero los pobres”, el sindicato está exponiendo a esos pobres a perderlo todo, bueno, tal vez las fuerzas armadas se encarguen de pignorar. El verdadero culpable de la situación es el líder sindical, no el sindicato, se evidencia en no someter a consulta la propuesta, siempre en lo oscuro, siempre polarizándolo, Zayún solo se representa a sí mismo.

Este hombrecito se niega a participar en la supervivencia de la institución, que lo ha enriquecido a él y que ha dado empleo a miles de colaboradores durante muchos años. Su ambición y miopía le impiden aceptar los cambios necesarios para la supervivencia del Monte de Piedad.

La metáfora es simple, Zayún está matando a la gallina de los huevos de oro, todo por no ceder en lo más mínimo sus privilegios. El monte es la institución financiera más antigua de Latinoamérica con 249 años de historia, siempre ha apoyado a familias mexicanas que lo han necesitado en momentos de urgencia.

Deberíamos preguntarnos ¿Por qué en nuestro país cada vez que se quiere mejorar o salvar a una institución de sí misma, que ha sido beneficiosa, se izan banderas arcaicas, la demagogia de la lucha social del trabajador contra la empresa?

Personas informadas y educadas, que dirigen la institución y su patronato, decidieron actuar con la urgencia que el caso amerita y echar a andar estrategias que garanticen la supervivencia de la institución, como cualquier economía desde el hogar a la planetaria, eficientando costos y que estos sean armónicos y congruentes con la situación del Monte de Piedad.

Como cualquier gestor competente, se propusieron reducir insumos y gastos de una línea de negocio que cada vez es menos rentable. Es contrario a la naturaleza económica seguir invirtiendo en un producto que cada vez es menos productivo. Incrementar los ingresos y reducir los gastos (economía 101).

Para el Monte de Piedad la ruta es incrementar ingresos desarrollando nuevos productos que acompañen el empeño, entendiendo que va a la baja, reduciendo los gastos exorbitantes como el enorme lastre en la forma de su sindicato que le impide ser ágil y eficiente.

El contrato colectivo es obeso, oneroso y retrógrado, es un grillete que impide que el Monte de Piedad sea un proyecto viable, este contrato impide, entre otras cosas, la adopción de nuevas tecnologías; ¿y por qué lo hace? Para que en lugar de usar inteligencia artificial y automatizar tareas como el resto del mundo, requiera de 8 personas remuneradas por encima de su categoría, para hacer lo que una sola podría llevar a cabo, incluso ninguna.

El préstamo prendario, como en cualquier industria, el sector financiero ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a nuevas tecnologías e innovaciones para satisfacer las necesidades. La aparición de las fintechs y la creciente digitalización de los servicios financieros son solo algunos ejemplos de esta evolución. Lamentablemente, el crédito prendario ha ido perdiendo popularidad y cayendo en desuso progresivamente.

En el caso del Monte de Piedad, la actividad prendaria ha experimentado una caída del 8% desde 2019 hasta 2022. Para una institución con casi 250 años de historia, esta tendencia es altamente preocupante y requiere medidas urgentes para garantizar su viabilidad a largo plazo. La huelga en el Monte de Piedad es una medida irresponsable que ha dejado a miles de clientes en una situación precaria y ha puesto en riesgo la estabilidad económica de los trabajadores de la institución.

Todos sabemos cómo termina el cuento de la gallina de los huevos de oro, el problema de los líderes charros entre otras cosas, es que no leen y por eso no saben cómo terminó ese cuento.

JOSÉ LAFONTAINE HAMUI

ABOGADO

@jose_lafontaine

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