LA ENCERRONA

La guerra del agua

Sabemos que ríos, lagos, lagunas y demás cuerpos de agua superficiales cada día se encuentran más escasos y, además, con mayor contaminación

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Estamos en una autopista hacia el infierno climático con el pie en el acelerador”.  António Guterres

Desde finales del siglo XX, e incluso al término de la SGM, se hablaba de que la siguiente guerra mundial sería ocasionada por la escasez de agua. Y aunque aún no se ha desatado un conflicto bélico por esta causa, la distopía de un mundo sin agua potable es cada vez más cercana.

Hoy existen dos mil 400 millones de personas que viven afectadas por la falta del vital líquido en todos los países del orbe y ya comienzan las grandes migraciones para cubrir las necesidades básicas diarias relacionadas con el agua potable, la competencia por la tenencia de este recurso es una realidad y será motivo de conflicto próximamente. 

Sabemos que ríos, lagos, lagunas y demás cuerpos de agua superficiales cada día se encuentran más escasos y, además, con mayor contaminación. Del mismo modo los mantos freáticos se encuentran a mayor profundidad y también sufren de una contaminación desmedida.

Las causas son variadas y casi todas de la mano del hombre, aguas residuales vertidas en torrentes hídricos, la mala e ineficiente distribución y su despilfarro, el aumento de la población, la agricultura desmedida y los monocultivos, sumados a cuestiones externas como el cambio climático, causante de largas sequías alrededor del mundo.

En nuestro país las cosas no son distintas, pues con sequías más largas y la continuidad en las malas prácticas en gestión, distribución, cuidados, y en general mala estrategia, hoy el desabasto ha alcanzado a casi todas las regiones de México. En el temporal de lluvias del año pasado, las principales presas del país se encontraban en promedio a 44.6% de su capacidad y presas de Morelos, San Luis Potosí y Querétaro sólo llegaron a niveles de 13.0%, 12.7% y 7.1% respectivamente.

Esto sumado a los altos niveles de contaminación, pues en el 2019 sólo el 42.5% de la red nacional de agua superficial presentó un nivel de calidad excelente, el 15.8%, el 10% mostraron toxicidad, es decir, no apta para ningún uso humano, agravando el problema.

Como un efecto tangible, el 93% de los habitantes del país cuenta con el servicio de agua corriente, sin embargo una tercera parte de estos no cuentan con este suministro de manera diaria e incluso cada vez son más extensos los periodos de interrupción del servicio de agua, según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2022.

Además debemos de tomar en cuenta la crisis del sistema Cutzamala, la cual acentuará el problema de desabasto, pues ha tenido que hacer recortes del 25% (que irán en aumento) al suministro de agua en la Ciudad de México y parte del Estado de México.

Así, la falta de agua ya es una realidad y debemos hacer algo. Se tiene que tomar conciencia por parte de los gobiernos, de la iniciativa privada y de la sociedad para contener este desafío cada vez más cercano.

Agricultura responsable (72% del consumo es para este rubro), minimizar el uso y normalizar reúso del agua para fines domésticos, colocar nidos de lluvia en instituciones educativas, estadios o centros comerciales, regular a empresas de bebidas y ser mucho más estricto en multas a quienes desperdicien o contaminen el agua son algunas medidas que se tienen que tomar con urgencia, si no queremos cumplir con la distopía de las guerras del agua.

POR ADRIANA SARUR

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM   

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